Cristina Pizzonia Barrionuevo / Doctora en Ciencias Sociales con especialidad en Estudios de Población, COLMEX. Maestra en Ciencas Sociales, FLACSO y Maestra en Migración Internacional, COLEF. Profesora investigadora, Departamento de Relaciones Sociales. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
Rusia es uno de los países con mayor producción literaria, la cual refleja su ambiente social y cultural. En este trabajo analizamos la relación entre historia oral, historia, literatura e historiografía, y cómo argumentos de obras literarias producidas por varios autores centrales en las distintas etapas sociales y políticas de Rusia se construyen a partir de hechos históricos, así como de los “recuerdos de la vida cotidiana”. Esta relación es especialmente importante en la literatura de la época soviética, dirigida por el Estado hacia la consolidación del régimen y del homo sovieticus, con distintas estrategias que privilegiaron la creación artística de acuerdo con los criterios del realismo soviético, para la construcción de una historia oficial. En este ambiente, otra literatura tuvo por objetivo dar cuenta de la historia vivida por la sociedad y por los intelectuales que, en una importante proporción, fueron disidentes y víctimas del régimen soviético.
Introducción
Rusia es uno de los países con mayor producción literaria, con figuras clave de la literatura universal, relativamente desconocida por el mundo occidental hasta mediados del siglo XIX. Se considera literatura rusa a la escrita en ruso, por autores de países que formaron parte de la URSS. Su vasta producción ha reflejado el ambiente social y cultural de las distintas épocas. Desde los orígenes, con la formación de la Rus de Kiev hasta la disolución de la URSS, la literatura ha hecho importantes aportes a la historiografía; refigurando –a la manera de Ricoeur– las situaciones históricas y la vida cotidiana. En este trabajo analizamos cómo algunos argumentos de obras literarias producidas por varios autores centrales en las distintas etapas sociales y políticas se construyen a partir de hechos históricos, además de los “recuerdos de la vida cotidiana”, con la finalidad de mostrar el vínculo entre la historia oral –resultado del análisis de testimonios personales o de recuerdos de experiencias personales–, la historiografía y la literatura.
La tesis que intento sostener es la importancia de la literatura rusa en la reconstrucción histórica de las distintas épocas y las restricciones a su producción y publicación por parte del Estado, situación que no es específica del período soviético sino de la propia historia de Rusia. En relación a estas dos cuestiones, en la primera parte reflexionamos sobre la relación entre historia y literatura, con los aportes de la historia oral en la construcción historiográfica y literaria. Este trabajo no pretende ser exhaustivo sobre la literatura rusa, ya que una revisión de su gigantesca producción, amén de difícil y laboriosa, puede ser injusta en la medida en que se incluyen a los más connotados, dejando de lado a muchos buenos escritores, porque la idea central es mostrar cómo la literatura aporta a la reconstrucción historiográfica y los acontecimientos históricos nutren a la ficción literaria. Por esta razón se mencionan las corrientes y asociaciones de mayor influencia de todo el conjunto. Incluimos los datos de los años de nacimiento y muerte para cada uno de los autores mencionados porque es un indicador de la etapa en que se desarrollaron y, en algunos casos, partes de sus obras por su calidad literaria o humanística y su importancia en cada período histórico.
Historia y literatura
La literatura es una recreación de la realidad, refleja de distintas maneras lo que sucede, comunica sobre el contexto histórico y documenta la memoria colectiva; es una expresión artística que representa a la sociedad y como tal constituye un elemento de conocimiento histórico. Por un lado, permite la reconstrucción histórica, recogiendo los secretos a voces, los cuentos transmitidos por generaciones, la historia oral que enriquece a la literatura y ésta a la historiografía, y por el otro, la historia como base de la literatura episódica, que permite el conocimiento “menudo” de la historia.
Esto es así desde los poemas de Homero, las obras de Heródoto, las crónicas medievales o la novela histórica del siglo XIX. De acuerdo con Paul Ricoeur (2007), existe relación entre tiempo y narración en el desarrollo de la hermenéutica literaria, en la que se adquiere una mayor comprensión de los aspectos temporales de la propia existencia, la finitud y el sentido de lo vivido.1 Así, las formas culturales, como procesos simbólicos, constituyen una memoria que da cuenta de los códigos morales de una comunidad. Un texto literario es una metasemiótica en la medida en que fusiona la ficción literaria con los valores de los sistemas culturales de la comunidad en la que se produce (Buxó, 1984).
1 La tríada del arco mimético establece tres momentos: mimesis I, de prefiguración que es el de descripción; mimesis II, en que se configura la narración; y mimesis III, de refiguración, en el que se establece la relación con la memoria cultural y social.
Memoria, historia oral y literatura
En el siglo XIX la cientificidad de la historia se basaba en documentos escritos que pasaran todas las pruebas de validación, con mucha desconfianza sobre las fuentes orales y la veracidad de los testimonios; frente a los documentos que parecían ofrecer total objetividad y exactitud. Para una parte importante de la historiografía del siglo XIX, conocer el pasado a través de la memoria fue una ilusión. El propósito de los historiadores era el conocimiento y la comprensión del pasado a través de la investigación científica basada en las fuentes. Hacia la mitad del siglo XX, el historicismo entra en crisis y emergen escuelas de historiadores que abrieron nuevas perspectivas para estudiar los procesos sociales, como la Escuela de los Anales en Francia, la historia económica en Estados Unidos o la historiografía marxista inglesa, corrientes que se han interesado por lo que los hombres dicen, hacen, escriben y simbolizan.
La historia oral se desarrolla como disciplina autónoma de manera relativamente reciente (Vich y Zavala, 2004); rescata los testimonios orales que han permitido que los pueblos transmitan su historia y reconstruyan su pasado; sistematiza la recuperación de los recuerdos y aumenta la utilización de “fuentes testimoniales”; promoviendo la “historia desde abajo” y adquieren el status de fuente y también de objeto de investigación (Joutard, 1986 [1983]).2 La memoria comienza a ser considerada el “(…) sustrato subjetivo de la historia” (González Calleja, 2013: 93).
2 A partir de los recuerdos de “gente común” se puede reconstruir la vida cotidiana, ámbito en el que se generan los significados que se comparten y que aparecen tanto en los testimonios orales como escritos en la literatura.
Son señeros los trabajos de Halbwachs (1925) sobre la construcción de la memoria colectiva y el espacio construido por una comunidad; Yerushalmi, en el impresionante texto Zajor (2002), rescata la esencialidad de la memoria en la historia de los judíos, la diferenciación sustantiva entre memoria e historia de Nora (1997) y la revisión del papel de la memoria en distintas etapas históricas de Le Goff (1991).
Gadamer (1996) y Ricoeur (1999), con distintos matices, han defendido la continuidad entre memoria e historia, especialmente en la época contemporánea por la importancia del pasado reciente. Para Benjamin, (2005) la historia tradicional presenta los hechos históricos marginando a los fracasados y derrotados, atentando contra la tan pretendida objetividad; mientras que la memoria visibiliza a los vencidos y permite criticar las “verdades” de la historia académica. Koselleck (2001) desarrolla la historia conceptual (Begriffsgeschichte) en relación con la historia social, en la que estudia los cambios en el léxico político y social de Europa, y considera la importancia del lenguaje en la escritura de la historia. En el estudio del Holocausto, La Capra (1998) relaciona la memoria y la historia retomando conceptos del psicoanálisis, asociados al testimonio de acontecimientos traumáticos, como fuente fundamental para la historia.
La historia oral constituye un recurso narrativo que muestra la organización cultural de la experiencia, por eso las anécdotas, los relatos fragmentarios y las opiniones que circulaban en la vida cotidiana, son insumos valiosos que se recuperan. En ellos aparecen hechos y climas sociales que han rodeado las distintas etapas de la vida de la gente, en el marco del ambiente político y económico general, y dan cuenta del ambiente social de la lucha de clases (Lukács, 1966 [1955]).
El resultado es la ampliación del conocimiento y la construcción de la historia considerada tradicional. Se generan nuevos campos de estudio y se llenan los baches que dejan los documentos, sobre todo cuando faltan, hay censura, no están completos, son inaccesibles o no confiables, como en la historia rusa soviética. En un círculo virtuoso la historia se nutre de la literatura y ésta toma sus elementos en la construcción de la ficción.
La literatura en el período soviético
El período soviético es muy largo; de 1917 a 1991 fueron 74 años de muchas transformaciones tanto al interior de la URSS como en su relación con Occidente, pasando por su consolidación y poderío económico y militar que permitió su impresionante papel en la Segunda Guerra Mundial, su apogeo y posterior debilitamiento que concluyó en su disolución en 1991, tanto por procesos implosivos como por la sostenida estrategia de Occidente para debilitarla y apoderarse de sus activos energéticos (Pizzonia, 2018). Este proceso influenció la producción literaria al ritmo de los acontecimientos, con importantes diferencias en relación a los cambios de la revolución.
En la Unión Soviética, la producción literaria fue muy diversa, abrevando en sus antecedentes anteriores a la Revolución. Especial referencia merece la literatura del siglo de Oro producida en el siglo XIX con autores que denunciaron la situación social trabajando plásticamente la relación entre ficción y realidad. En la primera mitad del siglo, Aleksandr Pushkin (1799-1837) –fundador de la literatura rusa moderna–, en la novela en verso Eugenio Oneguin (primera obra en verso) relata la superficialidad de la nobleza; Mijaíl Lérmontov (1814-1841) –precursor del realismo ruso–, describe el inconformismo ante la situación social y la servidumbre, y promueve la apertura democrática; Nikolái Gógol (1809-1852) en Almas muertas, realiza una narración crítica de sus contemporáneos ricos y de una sociedad corrupta.
En la segunda parte del siglo XIX se profundizaron las ideas democráticas y humanísticas, en las corrientes literarias del realismo y naturalismo, con escritores de la talla de Lev Nikoláyevich Tolstói [1828-1910],3 Fiódor Dostoyevski (1821-1881)4 y Antón Pávlovich Chejov (1860-1904).5
Por sus críticas al sistema, estos autores fueron vigilados por el régimen, porque las obras debían ser aprobadas por las autoridades, aún después de ser publicadas. Así, Gógol debió emigrar a Italia y Alemania durante cinco años para no ser encarcelado y Dostoyevski cumplió una sentencia de trabajos forzados (kátorga) en Siberia de 1849 a 1854, experiencia que testimonió en su obra Memorias de la casa muerta (2010 [1862]).6
3 Tolstói escribe dos obras cumbre del realismo ruso Guerra y paz [1865-1869] y Anna
Karenina [1873-1877]. Guerra y paz está centrada en cinco familias aristocráticas, ambientada entre las Guerras Napoleónicas y la mitad del siglo XIX. Para su realización utilizó fuentes primarias (entrevistas), documentos y libros de historia, filosofía y novelas históricas. Anna Karenina es una dura crítica a la aristocracia rusa de la época; uno de sus protagonistas, Lyovin, alter ego de Tolstói, cuestiona el sistema y busca la felicidad en la sencillez campirana.
4 Dostoyevsky escribe Crimen y castigo [1866], junto con Guerra y paz son las novelas más reconocidas internacionalmente de la literatura rusa. Los hermanos Karamazov [1880], Memorias del subsuelo [1864], El Idiota [1868], son novelas psicológicas y filosóficas del realismo ruso y precursoras del existencialismo.
5 Antón Pávlovich Chejov es considerado la voz del crepúsculo de Rusia por sus profundas descripciones de la decadencia de la nobleza en la etapa pre revolucionaria. Representante del realismo y el naturalismo moderno en sus obras de teatro, con piezas paradigmáticas como Tío Vania [1897], Las tres hermanas [1901] y El jardín de los cerezos [1903], clásicos que se interpretan aún hoy por la actualidad de sus temas. El jardín de los cerezos -última obra de Chéjov-, fue escrito dos años antes de la Revolución de 1905 y describe la decadencia de la nobleza y el modo de vida desigual y totalitario.
6 Fue condenado a muerte cuando tenía 28 años y se realizó un simulacro de fusilamiento detenido por orden de Nicolás I, conmutando la pena por trabajos forzados. Pudo volver a San Petersburgo por una amnistía decretada por el zar.
A riesgo de simplificar, se pueden identificar tres grandes grupos en la producción literaria soviética. Una parte de los escritores continuaron desde la Edad de Plata con una vasta y valiosa producción intimista, que ahondaba en las profundidades del espíritu humano. Por sus características, fue catalogada como individualista y opuesta a los esfuerzos colectivos del régimen, por lo que no fue bien recibida y sus autores desconsiderados o perseguidos. Un segundo grupo es el de la literatura rusa en emigración, con tres “olas”: la primera la constituían los desplazados por la Revolución, la segunda los desplazados por la Segunda Guerra Mundial y la tercera los disidentes soviéticos, de los que algunos emigraron en los 70 y 80. Un tercer grupo lo constituyeron los escritores que apoyaron a la Revolución, quienes tuvieron dos destinos: la creación literaria relativamente condicionada al socialismo al que apoyaron creativamente y, para los que se fueron desencantando del proceso o no apoyaron incondicionalmente, la marginación que llegó a la condena del silencio, censura, cárcel o destierro.
En el período soviético, las diversas corrientes enriquecieron la creación literaria, con un especial interés por incluir o rescatar los hechos históricos de las distintas épocas, sea para ensalzarlos en una posición que privilegiaba lo social dentro de las directivas del régimen en el realismo socialista, o para criticarlos recuperando la construcción de las individualidades. En los inicios se va construyendo una producción literaria en relación tanto con las características de los escritores como con el Estado, por lo que se forman distintas agrupaciones con objetivos culturales y literarios. Con la reglamentación oficial de la literatura y el realismo socialista, aparece una gran cantidad de literatura propagandística de estilo industrial, con poca calidad literaria en muchos casos. La situación de los escritores que criticaban al régimen o eran catalogados como individualistas se hizo más crítica; eran los que “escribían para sí” porque no se les permitía publicar. Posteriormente, se abre la producción literaria a un nuevo escenario donde cambian los estilos y la relación con el Estado, la crítica es más abierta y conocida por la población, a pesar de la represión del Estado, que es sustantivamente menor a la de los años en que gobernó Stalin; prefigurando los procesos de Perestroika y Glasnot, estrategias que anunciaron la disolución. En relación con los profundos cambios, se fueron transformando las expresiones literarias con una especial relación con el régimen soviético, por lo que es necesario realizar una periodización que dé cuenta del contexto de los cambios en la literatura, relacionados con el desarrollo de la revolución, la instauración del régimen soviético y su disolución.
1917-1932. Período revolucionario
La revolución fue el inicio de una nueva era y el fin de más de mil años de historia rusa (Slonim, 2014 [1958]) con extraordinarias consecuencias en la vida política, económica, social y cultural. A la muerte de Lenin en 1924, inicia una lucha cruenta por el poder en la que Iósif Stalin establece distintas estrategias con Lev Kámenev, Grigori Zinóviev, Nikolái Bujarín, para separar a Lev Trotsky, hasta que a mediados de 1930 el poder de Stalin era total luego de una lucha que le costó la vida a sus oponentes. En 1921 Lenin promueve la Nueva Política Económica (NEP) que subraya la colectivización forzada y la industrialización rápida que implicó el traspaso de los ingresos del campo a la industria, lo que generó fuertes oposiciones en sectores de la población y en la cultura; en 1928 Stalin la reemplaza por el primer Plan Quinquenal.
Cuando inicia el régimen comunista con Lenin y Trotski en 1917,7 especialmente con el comunismo militar y la guerra civil, disminuye la producción literaria. Muchos de los escritores emigraron y el círculo literario ruso podía verse en París, Berlín o Praga.8 En el año 2019 regresa la producción literaria actualizando de manera sorprendente movimientos anteriores a la Revolución desarrollados entre 1890 y 1930 en la denominada Edad de Plata, que renueva la literatura luego del positivismo y el realismo-naturalismo anterior. Surgen otras corrientes literarias que abrevan del Art Nouveau, Modernismo y Simbolismo9 que provenían de Europa, a los que les dieron un sello ruso propio. La Edad de Plata estuvo dominada por el simbolismo ruso, acmeísmo y futurismo, aunque hubo otros movimientos.10 Inicia con una importante y prolífica producción literaria de gran calidad, enmarcada en un contexto prometedor con corrientes estéticas, experimentos literarios y una compleja estructura formal que continúa con la creatividad anterior y la multiplica. Posteriormente, el control cultural por parte del Estado y la represión del partido Comunista en aras de construir una literatura soviética, marcaron el fin de esta época. Por la calidad e importancia en la literatura soviética, incluimos una revisión de los principales autores y sus obras más importantes.
El acmeísmo –del griego acmé, que significa cima o punta–, es continuación de la Edad de Plata en respuesta al simbolismo, reemplazando el hermetismo, la polisemia y el misticismo por una mayor claridad en el lenguaje, propugnaba una literatura sobria, concreta, precisa y clara, especialmente de las cuestiones cotidianas, con escritores del más alto nivel: Anna Ajmátova, Nikolái Gumiliov y Marina Tsvetáyeva.
La obra intimista de Anna Ajmátova (1889-1966) refleja la situación social y política de su entorno, como en su colosal poemario Requiem, [1935-1940],11 que atestigua la violencia institucionalizada del stalinismo, un texto desesperado y humano de la literatura universal, que se publica en Munich en 1963 sin su consentimiento. Perseguida políticamente,12 en 1946 fue expulsada de la Unión de Escritores Soviéticos, por lo que no pudo publicar y se le negaron las cartillas de racionamiento. En 1962 fue propuesta para el Premio Nobel de Literatura y en 1965 nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Oxford. Muere de un infarto en Moscú. Su obra fue censurada y publicada sin cortes en Rusia recién en 1990. Una selección de sus poemas se encuentra en Ajmátova (2018).
7 En 1917 con la Revolución de Octubre, se pierde parcialmente la relación con Occidente y la literatura de esa época es poco conocida o publicada con posterioridad.
8 Autores como Iván Alexéievich Bunin (1870-1953), premio Nobel de literatura 1933; Alexander Ivanovich Kuprin (1870-1938); Iván Shmelev (1873-1950), de la corriente realista; Konstantin Dmítrievich Balmont (1967-1942), poeta simbolista de la Edad de Plata de la poesía rusa; Leonid Andreyev (1971-1919) lideró el movimiento del Expresionismo; Dimitri Merezhkovska (1866-1941), de la corriente simbolista rusa; Aleksey Mikhailovich Remizov (1877-1957. Maksim Gorki (1868-1936) también vivió en el extranjero pero no participó del grupo de los emigrados.
9 El Simbolismo abrevó de las ideas de Arthur Schopenhauer (1788-1860), Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900) y Oswald Spengler (1880-1936).
10 Otra corriente importante fueron los poetas de los “nuevos campesinos”, que combinaban la cosmovisión del campesino ruso con ideas de innovación. Un mesianismo campesino.
11 “Ningún cielo extranjero me protegía, / ningún ala extraña escudaba mi rostro, / me erigí como testigo de un destino común, / superviviente de ese tiempo, de ese lugar” (Requiem, 1935-1940).
12 Perseguida políticamente por ser esposa –aunque ya separada–, de Nikolái Gumiliov, ejecutado en 1921. Su hijo Lev –posteriormente un famoso historiador eurasianista–, fue arrestado y deportado a Siberia. Su tercer marido, el historiador Nikolái Punin, muere por agotamiento en un campo de concentración en 1938.
Nikolái Gumiliev (1886-1921) tuvo una obra prolífica en temas sobre viajes, lo exótico y una poesía juvenil.13 Su poema Tranvía que perdió el rumbo (2013, [1921])14 es considerado uno de los más grandes poemas del siglo XX.15 Por sus críticas al régimen, fue arrestado y ejecutado por la Checa –policía secreta soviética– junto con 61 acusados de conspiración monárquica; a pesar de la infructuosa intervención por salvarlo ante Lenin, de su amigo Maksim Gorki.
13 Viajó y escribió sobre África, fue un explorador importante y aportó una interesante colección al Museo de Antropología y Etnografía de San Petersburgo.
14 “Y sin embargo el corazón sombrío / Ya para siempre está y cuesta respirar, / Duele vivir… Máshenka: No había pensado nunca / Que se podía amar y sufrir tanto” (El Tranvía que perdió el rumbo, 2013 [1921]).
15 Sus poemas fueron musicalizados por la banda de rock progresivo Pequeñas tragedias, nombre que toman de las cuatro obras breves de Pushkin de 1930.
Ósip Mandelshtam (1891-1938) produjo tres obras paradigmáticas: Piedra [1905-1915], Tristia [1916-1920] y Poemas de los años [1921-1925]. Arrestado en 1934 por escribir el poema Epigrama contra Stalin,16 muere en un campo de trabajo en 1938; fue rehabilitado en 1987. Sus obras fueron milagrosamente salvadas por su esposa Nadezhda Mandelshtam (1899-1980), quien también fue objeto de persecución. Sus memorias, Contra toda esperanza (2012), contienen sus experiencias, la persecución y muerte de su esposo, y la degradación moral y cultural de la Unión Soviética de los años 20.
Marina Tsvetáyeva (1892-1941) continúa la tradición de Ajmátova, con una poesía apasionada,17 con sintaxis inusual y la influencia de canciones populares, con poemas confesionales sobre género, la intimidad y la psique femenina, temas nuevos para la época. Es considerada una de las figuras más relevantes de la literatura rusa, siguiendo dos escuelas contrapuestas, el neoclasicismo y el simbolismo. Por sus obras anteriores contrarias al régimen, su casamiento con un oficial blanco y por haber vivido en el extranjero, fue censurada por el régimen soviético y tuvo una vida trágica.18 Con la Gran Guerra Patria Tsvetáyeva fue evacuada a Yelábuga, Tartaristán, junto con su hijo Mur. Acosada por la pobreza y la indiferencia, se suicida en 1941.19 Sus obras fueron conocidas gracias a su hija Ariadna y publicadas en Rusia con la disolución de la URSS, y en español por varias editoriales.20
16 “Vivimos sin sentir el país a nuestros pies / nuestras palabras no se escuchan a diez pasos. / La más breve de las pláticas / gravita, quejosa, al montañés del Kremlim… sus dedos gordos son sebosos gusanos / sus seguras palabras, pesadas presas / De sus bigotes se carcajean las cucarachas / y relucen las cañas de sus botas… Y cada ejecución es una dicha / para el recio pecho del oseta…”. Epigrama contra Stalin, 1938. 17 Una selección de sus poemas importantes, disponibles en: https://www.poetryfoundation.org/poets/marina-tsvetaeva;%20http://www.amediavoz.com/tsvetaieva.htm#A%20%20Ajmatova
18 Se casó en 1912 con Yakovlevich Efron, oficial del Ejército Blanco, del que se separa durante la Guerra Civil; tuvo una relación corta con Mandelshtam y un apasionado romance con la escritora Sofia Parnok. Con Efron tuvo dos hijas –Ariadna e Irina– y un hijo –Mur–. Tsvetáyeva vivió en pobreza extrema, por lo que mandó a su hija Irina a un orfanato, donde murió de inanición. Ariadna y su marido son arrestados, éste es fusilado y su hija enviada al Gulag por ocho años, nuevamente arrestada en 1949 es desterrada y finalmente rehabilitada en 1955.
19 Hay dudas sobre su suicidio y se cree que agentes de seguridad la forzaron a suicidarse. Afirmado en Mujeres para pensar Marina Tsvetáyeva. Disponible en: https://mujeresparapensar.com/2010/11/10/marina-tsvetaeva
20 “En las librerías, cubiertos de polvo y tiempo, / Sin ser vistos, buscados, abiertos, vendidos, / Mis poemas serán saboreados como raros vinos / Cuando sean viejos” (Mis versos, escritos tan temprano). Vladimir Nabókov (1899-1977), escritor ruso emigrado y radicado en Inglaterra, apreció su obra pero se negó a encabezar su rehabilitación (Nabokov, (2016 [1981]).
El Futurismo ruso surge antes de la Primera Guerra Mundial, relacionado con el futurismo italiano,21 pero fue más literario que plástico, bajo la idea de generar una innovación en la lengua, creando un ambiente de escándalo como en su manifiesto Una bofetada al gusto del público, escrita en 1912 por el pintor David Burliuk (1882-1967) y los escritores Velimir Jlébnikov (1885-1922), Alexei Kruchenij (1886-1968) y Vladímir Mayakovski (1893-1930), en donde tiran “por la borda en el vapor del tiempo perdido” (sic) a los grandes de la literatura rusa (Burliuk, Jlébnikov, Kruchenij, Mayakovsky, 1912). En los inicios de esta corriente también se encontraba el primer B. Pasternak.
El optimismo y creatividad se fueron diluyendo en relación con las vicisitudes del régimen y las presiones políticas. La Edad de Plata finaliza después de la Guerra Civil (1917-1923), con la represión de distintos artistas, la muerte del simbolista Aleksandr Blok (1880-1921) y la ejecución de Nikolai Gumiliev en 1921.
En esta etapa se crearon varios grupos de escritores. Los Hermanos Serapión o la Fraternidad Serapión, organizada por Yevgueni Zamyatin en 1921. No tenían intención de formar una escuela literaria, eran neutrales y propugnaban por una literatura más innovadora y experimental, y por la autonomía política del artista. Algunos de sus miembros formaron parte del oficialista realismo socialista, creando obras de gran calidad desde un realismo psicológico, que se enfrentaba al realismo de hecho o neorealismo que era precisamente el que propugnaba el Partido Comunista. La ficción no se separaba de la historia contemporánea, tal como aparece en la novela Noventa destinos (1926) de Veniamín Kaverin (1902-1989), quien escribe posteriormente Los dos capitanes (1940-1945) –obtuvo el Premio Stalin–, y participó en El Libro negro22 coordinado por Ilyá Ehrenburg y Vasili Grossman. Cercano a este grupo, Yuri Tinianov (1894-1943) –filólogo e historiador–, inicia el género histórico biográfico con obras como La muerte de Vazier-Mujtar (1928), novela histórica sobre el movimiento decembrista a través de la vida del dramaturgo, poeta y diplomático Aleksandr Griboyédov (1795-1829), autor de La desgracia de ser inteligente.23 La producción literaria continuaba con estilos “tradicionales” a pesar de que se propugnaba por un rompimiento con la literatura anterior y la construcción de obras soviéticas de estilo “proletario”. Los que no comulgaban con estas corrientes y se negaron a los mandatos políticos vivieron con escasos recursos, aunque fueron apoyados económicamente por Maksim Gorki (1868-1936).
En contrapartida, los neorealistas tuvieron mayor protagonismo en la década del 20, con el grupo Frente de Izquierdas del Arte (LEF, Levy Front Iskusstv) creado en Petrogrado en 1923 y liderado por el poeta Vladimir Mayakovski, el cineasta Serguéi Eisenstein, el pintor Aleksandr Ródchenko y el crítico y editor Ósip Brik, el cual tuvo por objetivo revisar la ideología y la práctica artística, abandonando el individualismo en pos del desarrollo del comunismo. En este grupo se encuentra Isaak Babel24 (1894-1940) –considerado el mejor escritor en prosa del período soviético–, quien describe el conflicto armado de la Guerra Polaco-Soviética de 1920 en su libro Caballería roja –publicado por la Revista Lef en 1924–; el autor siguió los criterios del realismo socialista con un estilo crudo, apartado del romanticismo revolucionario que rodeaba a la literatura pro soviética, por lo que tuvo enemigos en el régimen. En 1929 cierra la revista y se diluye el Frente, acusado de formalista.25
Los poputchiki, “compañeros de viaje de la revolución” o “camaradas viajeros”, fueron los escritores que no formaban parte del Partido Comunista ni estaban involucrados en el régimen soviético, pero cooperaron y acompañaron a la revolución. Por el desgaste que dejó la Guerra Civil en 1921 y la necesidad de generar una nueva política económica, hubo una tregua cultural y fueron tolerados por el régimen como arte de transición que tenía el “defecto” de ensalzar al campesino más que al proletario, olvidándose casi de él (ver la crítica a Nikolái Kliúyev –1887-1937–26 en Trotsky, 1924). Dentro de los poputchiki, se crearon textos del realismo psicológico que retratan la realidad soviética con autores y obras de calidad literaria. Valentin Katayev (1897-1986), Tiempo de progreso; Leonid Maksimovich Leonov (1899-1994), Río soviético; Yuri Krimov (1908-1941) El barco tanque “Derbent”. El grupo coexistió con los demás hasta 1932 en que, por decreto del Partido Comunista, debieron unirse a la Unión de Escritores Soviéticos.
21 Elfutursimo nace en Italia en 1909 con la publicación del “Manifiesto del futurismo” del poeta Filippo Tomasso Martinetti, en el que declara que el arte tradicional es obsoleto y debe reinventarse a partir de una nueva concepción de la belleza.
22 El Libro negro sobre la malvada exterminación de los judíos por los invasores fascistas alemanes en las regiones provisionalmente ocupadas de la URSS y en los campos de exterminio en Polonia durante la guerra de 1941-1945, fue auspiciado por el Comité Antifascista judío por iniciativa de Albert Einstein y los escritores Sholem Asch y Ben-Zion Goldberg.
23 En La desgracia de ser inteligente, el protagonista Aleksandr Chatski enfrenta las ideas progresistas a las tradicionales del siglo pasado.
24 Activo adherente del comunismo soviético, fue corresponsal de guerra con una gran fama en 1930. Posteriormente fue crítico del régimen de manera velada, por lo que fue arrestado en 1939 acusado de espionaje y terrorismo, y fusilado en 1940.
25 El formalismo ruso se crea en años anteriores a la Revolución y se desarrolla entre 1916 y 1928, período en el que se definen las condiciones para que la literatura tenga un estatuto científico y se distingue entre la teoría literaria y la crítica literaria. Esta teoría, opuesta al historicismo, fue rechazada por el régimen, por lo que finaliza el movimiento y se crea la Asociación Rusa de Escritores Proletarios.
26 Kliúyev tenía un origen campesino acomodado, por lo que no fue considerado revolucionario y además era homosexual. En 1933 fue encarcelado y llevado a Siberia. Por la intervención de Gorki fue trasladado a Tomsk en 1934, donde fue fusilado en 1937. Es valioso, literaria e históricamente, su poema Mi amante será amado por el pueblo, un inusual alegato e identificación de su homosexualidad. Cabe aclarar que en 1917 los bolcheviques abolieron el castigo penal contra la homosexualidad que existía en la Rusia zarista, pero en 1934 se la volvió a penalizar, acusándolos de espías por el jefe de la NKVD, Genrikh Yagoda.
El Proletkult –contracción de proletárskaya kultura–, comenzó con la Revolución de 1917 y en la fallida Revolución rusa de 1905 contra Nicolás II, con fundadores ilustres como el filósofo Aleksander Bogdánov (1873-1928) y el escritor Anatoli Lunacharski (1875-1933), quien era Comisario del Pueblo para la Educación (Narkomprós), principal autoridad cultural del Estado soviético de 1917 a 1929. Proletkult era una federación de asociaciones culturales de vanguardia con una interesante estrategia de trabajo conjunto con la clase obrera, a través del arte. Tuvo una amplia difusión en cerca de 300 centros activos, 84 mil miembros formales y 500 mil informales. Narkomprós y Proletkult tenían objetivos comunes en relación a elevar la cultura del pueblo ruso conforme a los valores revolucionarios, pero mientras el primero se ocupaba de la educación y alfabetización en todos los niveles amén de la División de Cultura Proletaria, el segundo centró sus actividades en el desarrollo de una cultura proletaria en el arte, la ciencia y la vida cotidiana realizada por la clase trabajadora, por lo que no hubo una división clara de funciones. En este escenario, y ante la pretensión de autonomía del arte respecto del Estado propiciada por Bogdánov y Nikolái Bujarin –director de Pravda– y las críticas del Partido comunista que seguían las consideraciones de Lenin sobre que el futurismo, idealismo y constructivismo de Proletkult no servían para la construcción de la educación básica y la cultura, fue absorbido por Nakomprós en 1920.
Algunos disidentes del Proletkult, críticos por los escasos resultados en la calidad de la producción de los poetas-proletarios y por sus ideas, reivindicaron el talento creativo individual y en 1919 formaron una organización pequeña denominada La Forja (Kúznitza); luego en 1922 la organización masiva Asociación Panrusa de Escritores Proletarios (VAPP) hasta 1928, cuando cambió el nombre a Asociación Rusa de Escritores Proletarios (Rossyaskaya Assotsiatsia Proletarskokh Pisatalei, RAPP), con miembros del Proletkult y del Komsomol (Liga de la Juventud), cuyo objetivo era construir una literatura proletaria, escrita para los trabajadores, aunque no necesariamente por ellos. Apoyado por la facción estalinista, controló las publicaciones. El RAPP tuvo una pobre producción literaria en relación a sus objetivos, con excepciones. Aleksandr Fadéyev (1901-1956) con sus novelas La derrota (conocida como Los diecinueve, 1927) y La guardia joven (1946), que describen las luchas de la guerra civil y la Segunda Guerra Mundial, respectivamente; Fyodor Panferov (1896-1960) con novelas como Brusski (1928), sobre la vida rural en la Unión Soviética con la colectivización del campo, tan importante como la novela Cemento de Fyódor Gladkov (1883-1958).
Con el primer Plan Quinquenal (1928-1932), en 1932 el Comité Central del Partido Comunista disuelve todas las asociaciones literarias y funda la Unión de Escritores Soviéticos, que se establece en el Primer Congreso de Escritores Soviéticos en 1934; estaba subordinada al Partido, con la idea de Stalin de que los escritores deberían ser “ingenieros de almas”. La afiliación era obligatoria para los escritores y su exclusión implicaba no poder publicar como ocurrió con Boris Pasternak, Marina Tsvetáyeva y otros.
Estos grandes de la poesía, novela y dramaturgia rusa no se circunscriben rígidamente a una determinada corriente literaria; no fueron opositores al régimen, pero no comulgaron con la corriente constructivista que focalizaba en la transición del capitalismo al socialismo con la lírica clasista del Prolekult, por lo que fueron duramente rechazados.
Entre los más destacados que pusieron su obra al servicio de la Revolución fueron Vladimir Mayakovski, una de las figuras más relevantes de la poesía rusa del siglo XX. En su obra y quehacer político hay tres etapas, protagonista de las fuerzas de vanguardia hasta la Revolución; luego autor oficial, se convierte en poeta nacional hasta la muerte de Lenin; con Stalin se vuelve a convertir en un rebelde y padece la crítica de los escritores oficiales que lo tachan de elitista y pequeño burgués. Sus obras La chinche y Baño27 satirizaron aspectos de la escena política de la época. Se suicida en 1930 a los 37 años sin que se pudiera aclarar su motivación; por problemas emocionales o por las críticas del RAPP.
Serguéi Yesenin (1895-1925) participó del círculo de poetas campesinos junto con Kliúyev; fue el máximo exponente del imaginismo,28 buscando mantener distancia del futurismo. Apoyó todo el movimiento revolucionario, pero suspiraba por la paz en una época turbulenta; a partir de 1920 escribe su desilusión en La Rusia soviética (1925), Hombre negro (1925) y Moscú tabernario (1925), poemas que dan cuenta del estado de ánimo del autor y de la percepción de su entorno. Fue acosado, arrestado e interrogado en 1924 por la NKVD (comisariado del Pueblo para Asuntos Internos). Se suicida ahorcándose en el hotel Angleterre de Leningrado, motivado por problemas emocionales de acuerdo con la versión oficial29 y deja un poema de despedida: Adiós, amigo mío, a su amigo Volf Ehrlich.30 Aunque fue un poeta de gran popularidad y tuvo un funeral a su altura, sus obras fueron prohibidas en las épocas de Stalin y Khrushev. En 1966 se volvieron a publicar y los poemas de Yesenin se enseñan en las escuelas rusas y fueron musicalizados.31
27 En La chinche, su protagonista Iván Priskin es congelado en 1929, en plena época del primer Plan quinquenal, y revive cincuenta años después en un mundo socialista utópico en el que no hay pobreza, enfermedad y la gente es educada y respetuosa. Se convierte en una rara avis y es exhibido en el zoológico como ejemplo de una época pasada para los ciudadanos del futuro. El nombre viene de la chinche que fue congelada junto a él en la cama.
28 El imaginismo ruso le asignaba mayor importancia a la imagen o metáfora sobre el símbolo y abogaba por el retorno a la poesía tradicional. En 1919 publicaron su manifiesto escrito en parte por Vadím Shershenévich (1893-1946) y Yesenin escribe el artículo “Arte y vivencia” en el que expone las bases del imaginismo ruso. En 1925 se rompe el grupo y en 1927 se disuelve oficialmente.
29 En la novela Yesenin de Vitali Bezrúkov se menciona su asesinato por agentes de la policía secreta OGPU, Directorio Político Unificado del Estado, formada en 1922 a partir de la Checa. En Kunyáiev (2010) se especificaron un conjunto de indicadores que permiten dudar del suicidio: tenía una herida fresca en el hombro, una en la frente y un hematoma debajo de uno de los ojos, aparentemente no tenía razones para suicidarse porque ya no bebía y estaba trabajando en sus obras completas; no estaba hospedado en el hotel Angleterre, desparecieron sus escritos (la anunciada novela Cuando era niño y sus Poemas de invierno), la cuerda del suicidio es un cinturón que aparece a su costado, no fue reconocido por sus amigos, el poema de despedida Adiós, amigo mío. a su amigo Volf Ehrlich se considera escrita en 1924 y dedicado al poeta Victor Manuílov.
30 El poema finaliza: “morir en esta vida no es nuevo / pero tampoco es nuevo el vivir”. Mayakovski compuso el poema A Serguei Yesenin: “en esta vida morir no es difícil / construir la vida es más difícil”; pero Mayakovsky finalmente se suicida.
31 Una selección de los mejores poemas de Yesenin se encuentran disponibles en: https://sergey-esenin.su/stihi-o-lyubvi/?lang=es
A pesar de su apoyo a la Revolución y de la grandeza de sus obras construidas en su apoyo, fueron víctimas de cierta desilusión en una época violenta y de guerra fraticida, lo que provocó en parte su muerte prematura.
1932-1941. Consolidación y críticas
Para 1940 había cambiado la estructura económica con el 63% del sector industrial en siderurgia, química y mecánica, promovida y acompañada por la centralidad del poder político del Estado, que posibilitó la aplicación de purgas a los enemigos, reales o no, y a los disidentes (Service, 2000). Conjuntamente hubo un gran impulso a la cultura, la educación y la ciencia, con miras al desarrollo industrial y militar. En términos políticos, el Estado liderado por Stalin tenía un control institucional riguroso de la producción literaria para construir el homo sovieticus.
En estos años la corriente literaria dominante fue el nuevo realismo, distinto al realismo clásico de fines del siglo XIX, en el que se consideraba al hombre integrado a la vida social y cambiando al mundo. El concepto de realismo socialista fue promovido por Gorki y definido como una corriente que expresara el nuevo estilo de vida soviético; se estableció en el Congreso de Escritores Soviéticos de 1934 en Moscú, en el que se consideraron las pautas sobre los contenidos y formas que debían tener las obras literarias y el papel de los escritores para fortalecer el desarrollo soviético, recurriendo a la vida concreta de los obreros y de los koljoses y sovjoses.32 Este congreso tuvo un carácter fundacional, con la imposición del realismo socialista en el discurso de Andrei Zdhánov, uno de los secretarios del Comité Central y jefe del Partido en Leningrado, luego de la muerte de Serguéi Kirov33 en 1934. Zdhánov fue responsable ideológico de la cultura hasta su muerte en 1948 y tuvo gran incidencia en la producción literaria por décadas. Esta directiva del Estado fue retomada por autores importantes por su calidad literaria: Maksim Gorki, Mijail Shólojov (1905-1984), Alexei Nikoláyevic Tolstói, Konstantin Fedin (1892-1977) y Andréi Sinyavski (1925-1997).
Maksim Gorki representó en sus trabajos a los estratos más bajos de la sociedad, estuvo asociado al movimiento socialdemócrata marxista y opuesto al zarismo, por lo que fue apresado en varias oportunidades. Fue amigo de Lenin, a quien criticó en 1918 en Pensamientos intempestivos, reeditado después de la disolución de la URSS. Vivió fuera de Rusia hasta 1932, cuando vuelve invitado por Stalin, pero en 1934 cae bajo arresto domiciliario y su hijo muere repentinamente ese año y él en 1936.34 Fue fundador del movimiento literario del realismo socialista. Escribió teatro y ensayo, y destacó en la novela; las más conocidas dentro del género son Los bajos fondos [1902], obra de teatro protagonizada por personajes de clase baja de la Rusia zarista y La Madre [1907], en la que describe las actividades políticas clandestinas de Pável, apoyadas por su madre que va adquiriendo conciencia revolucionaria. En sus últimos años romantiza el socialismo real editando un libro alabando la construcción del Canal Mar Blanco–Báltico, El canal Mar Blanco-Báltico de Stalin con la participación de Alekséi Nikoláyevich Tolstói, Vera Inber, Valentín Katáyev, Mijaíl Zóschenko y Víktor Shklovski, y fotos de Aleksandr Ródchenko, en el que murieron más de diez mil de presos del Gulag. Criticado por inexacto por Solshenitzin, por ser el Canal una obra con múltiples desaciertos y con poca utilidad práctica por el bajo calado y el congelamiento de octubre a mayo. Para muchos escritores, la adscripción al realismo soviético tuvo costos altos, especialmente Gorki, quien muere en una situación poco clara.
32 El koljós era una granja colectiva y el sovjos es un neologismo ruso, derivado de la abreviatura de “sovétskoye jozyáistvo” (explotación del consejo o soviet), que denominaba a las explotaciones agrícolas que dependían directamente del Estado.
33 Jefe del PCUS en Leningrado, siempre apoyó a Stalin. Su asesinato en 1934 desató la gran purga que sirvió para ejecutar a Lev Kámenev, Grigori Zinóviev y catorce líderes soviéticos, juzgados y ejecutados en 1936, lo que liberó a Stalin de sus adversarios, reales o no.
34 En la acusación del juicio de Bujarin de 1938, uno de los cargos fue el asesinato de Gorki por agentes del NKVD dirigido por Génrij Yahoda. Este juicio de los Veintiuno fue el más escandaloso de la Gran purga, en la que se sentenció a prominentes bolcheviques, quienes fueron rehabilitados en 1963 y 1988, con excepción de Yahoda.
Mijaíl Shólojov es una de las figuras más importantes en la literatura soviética, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1965 y de varios premios del gobierno de la URSS. Una de sus obras más importantes es El Don apacible (2009 [1928-1940]), escrita a los 23 años en 1928 y ampliada posteriormente hasta 1940, la cual permite reconstruir la historia desde la Guerra Civil Rusa hasta el triunfo bolchevique, casi un manual de historia. Contada a través de la vida del protagonista Grigori Panteléievich, relata los acontecimientos de la guerra civil, la Revolución y la conquista de los cosacos por el Ejército Rojo. Gracias a esta obra se conservan detalles de la tradición, cultura, valores y costumbres de la comunidad cosaca, que de otro modo probablemente se hubieran perdido. Si bien es considerada un arquetipo de la novela realista, su personaje central no es un héroe socialista y los dos bandos en conflicto son tratados con imparcialidad. En 1932 publica Campos roturados, donde narra las consecuencias de la colectivización forzada como la hambruna y la muerte de millares de personas, por lo que fue investigado por la NKVD. La segunda parte de esta obra fue publicada hasta 1960.
Alexei Nikolaievich Tolstói, quien se había unido a la emigración en el inicio de la Revolución, luego vuelve a Rusia. Publicó poemas y narraciones costumbristas, fue pionero de la ciencia ficción en Rusia, publicó novelas históricas brillantes como Pedro I [1929-1945] e Iván el Terrible [1945]. Su trilogía Camino al calvario (con varias versiones entre 1921 y 1945), trata de la vida de la clase educada antes, durante y después de la Revolución, con una vívida descripción de la guerra civil. Catalogado como oportunista en relación a su adhesión al régimen soviético, escribió con un talento desigual, adecuado a las exigencias soviéticas (Ehrenburg, 2010).
Konstantin Fedin, si bien perteneció a los Hermanos Serapión que abogaban por la libertad en la literatura y las artes, se adhirió posteriormente a los principios del realismo socialista, con trabajos de calidad que escaparon a la vulgaridad de algunas obras de esta corriente. Ciudades y años (1924) sobre la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial. Fue presidente de la Unión de Escritores Soviéticos desde 1959 hasta su muerte en 1977 y participó en la persecución ideológica de Boris Pasternak, Andréi Sinyavski (1925-1997) y Aleksandr Solzhenitsyn.
Andréi Sinyavsky formó parte del realismo socialista, luego se hizo disidente a causa del arresto de su padre –un activista social revolucionario– en 1951, en plena época stalinista. En sus novelas reconstruye la historia soviética de la época, especialmente en Soviet Civilization. A Cultural History (1991), publicado bajo el seudónimo Abram Tertz. Fue defensor de Pasternak cuando éste gana el Premio Nobel de Literatura en 1958.
El normativismo es otra corriente que consideró que lo social es superior a lo personal en la búsqueda de la construcción de un futuro. Entre los escritores que lo desarrollaron se encuentra Andréi Platónov (1899-1951), quien fue comunista y miembro del grupo Pereval35 de escritores campesinos, pero sus obras fueron prohibidas por su posición escéptica sobre la colectivización forzada. Autor de obras distópicas Chevengur –publicados algunos fragmentos en las revistas Novy Mir y Krásnaya Nov– y El Foso; ambas tenían críticas implícitas al régimen por lo que fueron publicadas póstumamente en los sesenta, con el deshielo que comienza con Nikita Khrushev. Aunque no fue conocido en su momento, tuvo gran influencia en la literatura rusa, sus obras completas fueron publicadas en Rusia en 1988.
Boris Pilnyak también formó parte del normativismo, tenía ideas contrarias al urbanismo, a la sociedad mecanizada y a la colectivización forzada. Escribió sobre la vida cotidiana con elementos históricos en El año desnudo (1922) sobre la Revolución de Octubre y la Guerra Civil; El cuento de la luna inextinguible, publicado en la revista Novy Mir en 1926, en el que relata la misteriosa muerte del revolucionario y militar partidario de Zinóviev, Mijail Vasilyevich Frunze, reconocido como el Clausewitz ruso, opositor a Stalin, por lo que la policía retiró todos los ejemplares, perdió la confianza del régimen y fue destituido de la presidencia de la Unión Panrusa de Escritores. Pilnyak es arrestado el 21 de abril de 1938 y fusilado, acusado de actividades contrarrevolucionarias, espía y terrorismo, enterrado en el Campo de fusilamiento de Kommunarka, en el que se fusilaron a notables intelectuales y científicos.36 Su arresto se debió a las conversaciones secretas con André Gide (1869-1951), quien utilizó sin su consentimiento esa información en su libro Regreso de la URSS (1936, 2017), en el que denuncia el contraste entre la realidad y la utopía: “(…) la República Soviética ha traicionado nuestras esperanzas”.
35 Pereval fue un grupo de escritores posrevolucionarios dirigido por Aleksandr Voronsky (1884-1937), opuestos a la crítica y represión de la literatura inconformista.
36 Fue un lugar de fusilamientos masivos de la NKVD entre 1937 y 1941, y se calcula que 10 mil personas fueron asesinadas y enterradas allí, de acuerdo con el Servicio Federal de Seguridad de Rusia.
Las novelas que se adecuaban a las indicaciones oficiales, fueron entre otras: Así se templó el acero, novela autobiográfica de Nikolái Ostrovski, (1904-1936), en la que su protagonista Pável Korchagin es un ejemplo del nuevo hombre soviético; el Poema pedagógico de Antón Makarenko (1888-1939), que trata de la delincuencia juvenil y los problemas de educación. Cemento (1925), de Fiodor Gladkov (1904-1936), no sólo considera el éxito del esfuerzo del protagonista soviético en poner en funcionamiento la fábrica de cemento, trata también temas preocupantes, la amenaza de burocratización y corrupción del poder soviético, las dificultades económicas y sus posibles consecuencias, la separación entre los intelectuales y los trabajadores, y la emancipación de la mujer. Estas obras fueron ampliamente respaldadas por el Estado y criticadas por ser excesivas en sus comentarios positivos y poco realistas del régimen soviético.
1941-1953. Las dos Guerras: la Guerra Patria y la Guerra Fría
La Gran Guerra Patria empieza en 1941 y significó un cambio en la política del Estado con los intelectuales, la ciencia y la religión. Un nuevo discurso fue necesario para levantar la moral de las tropas y la sociedad, apelando a la “madre patria rusa”. Se liberaron del Gulag a los científicos necesarios para el desarrollo militar.37 Se consideró enviar al frente a escritores que dieran cuenta de la situación en el frente, permitió el resurgimiento de la Iglesia Ortodoxa Rusa y la bendición de los ejércitos antes de los combates. En este momento, hubo un clima de mayores libertades y responsabilidades, y los escritores que eran vigilados o a los que se les prohibía publicar tuvieron una época de cierta tranquilidad (Figes, 2006). Era necesario conjuntar la fuerza del pueblo ruso para hacer frente a la invasión alemana. La literatura era un arma para luchar en la guerra, por lo que los escritores forman un frente común en contra de la ocupación alemana y el nazismo; incluyendo a los que se encontraban en el exilio, quienes apoyaron temporalmente. Se escriben novelas épicas a finales del realismo socialista. Surgen nuevos escritores que relatan los hechos que vivían; Konstantín Símonov (1915-1979) poeta dedicado al género bélico, su libro más conocido es Los vivos y los muertos (2007 [1959]), relata sus experiencias como corresponsal de guerra durante la Segunda Guerra Mundial. En ese contexto escribe uno de los poemas más reconocidos Espérame,38 dedicado a su futura esposa, la actriz Valentina Serova.
37 Es paradigmático el caso de Lev Landau, encarcelado en 1938 y liberado por la intervención de Piotr Kapitsa, ambos premios Nobel de física.
38 “Espérame que volveré./Sólo que la espera será dura./Espera cuando te invada la pena, mientras veas la lluvia caer./Espera cuando los vientos barran la nieve./Espera en el calor sofocante,/cuando los demás hayan dejado de esperar, olvidando su ayer./Espera incluso cuando no te lleguen cartas de lejos./Espera incluso cuando los demás se hayan cansado de esperar./Espera incluso cuando mi madre e hijo crean que ya no existo,/y cuando los amigos se sienten junto al fuego para brindar por mi memoria./Espera./No te apresures a brindar por mi memoria tú también./Espera, porque volveré desafiando todas las muertes,/y deja que los que no esperan digan que tuve suerte./Nunca entenderán que en medio de la muerte,/tú, con tu espera, me salvaste./Sólo tú y yo sabemos cómo sobreviví./Es porque esperaste, y los otros no”. Disponible en: https://letraweb.blogspot.com/2017/10/poema-de-konstantin-simonov-esperame.html
Vera Panova (1905-1973), a pesar de que su segundo marido fue arrestado en 1935 y prisionero en un Gulag donde muere, se adhiere al realismo socialista y obtuvo dos premios Stalin por las novelas Sputniki (1946) y Kruzhílija (1947), sobre la vida de los obreros y la reconversión de la industria bélica en industria de paz. Vasili Grossman (1905-1964), corresponsal de guerra, en su monumental obra sobre la guerra Vida y destino, escrita en dos partes: la primera Por una causa justa (1952), es leal al régimen de Stalin. La segunda parte, Vida y destino, relata las atrocidades nazis y estalinistas durante la Segunda Guerra Mundial de dos regímenes totalitarios enfrentados, incluyendo las penalidades impuestas a excombatientes de la Gran Guerra Patria acusados de haber tenido contacto con el enemigo; por lo que fue prohibida y publicada póstumamente en 1988. Vera Inbr (1890-1972) –El objetivo y la vía, Carnet de ruta y Meridiano de Pulokovo–; Olga Bergholz (1910-1975) –Diario de febrero, Poema de Leningrado, En memoria de los defensores–, establecidas en Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial, fueron sobrevivientes y describen esa época histórica en sus poemas (Makarov, 1974).
Escritores de distintas posiciones defendieron a Rusia en contra del nazismo; Mijail Isakovski (1900-1973), escribe poemas, algunos de los cuales fueron musicalizados, como Katyusha, canción popular durante la Segunda Guerra que narra la situación de una joven que espera el regreso de su amado. Andréi Platónov fue corresponsal de guerra entre 1942 y 1945, Iliá Ehrenburg (1891-1967) tuvo conexiones con grandes intelectuales occidentales, por lo que fue un actor importante para las autoridades por sus relaciones internacionales, lo que probablemente salvó su vida. Son notables sus trabajos propagandísticos contra la Alemania nazi, la documentación completa del Holocausto, su reconstrucción histórica en el Libro Negro escrito con Vasily Grossman, cuya publicación no se permitió en su momento; se publicó en Jerusalén en 1980, en Kiev en 1991 y en Rusia en 2014.
Formaron parte de este frente antifascista Boris Pasternak, Mijail Shólojov y Anna Ajmátova, entre los más importantes. A pesar de la libertad creativa durante la Guerra Patria, ésta no continuó y en la resolución del Comité Central del 14 de agosto de 1946 se determinó que el realismo socialista debía ser la guía para el escritor, con lo que finaliza esta atmósfera liberal de exaltación patriótica.
Durante la Guerra Fría se sumaron a las consideraciones sobre el realismo socialista los temas de la nueva situación internacional en las respuestas a las críticas de Occidente con sentimientos antieuropeos y antinorteamericanos, por lo que la campaña se dirigió contra los “desarraigados internacionales cosmopolitas” (Slonim, 2014: 197), generando un fuerte sentimiento chauvinista y una posición maniquea entre capitalismo y comunismo. La producción literaria se hace uniforme y monótona. La muerte de Andrei Zdhanov en 1948 y la de Stalin en 1953, marcaron el descenso del control represivo del Estado, en lo que denominé el deshielo.
1953-1968- El deshielo
A partir de la muerte de Stalin, Nikita Khruschov (1894-1971), quien fuera secretario del PCUS entre 1953 y 1964, y presidente del Consejo de Ministros entre 1958 y 1964, denunció a Stalin y al stalinismo en el XX Congreso del PCUS de 1956, en un proceso conocido como “desestalinización”. A partir de allí se transformaron las políticas económicas, políticas y sociales. Se vivió un clima de renovación, autores proscritos comenzaron a publicar, como Ajmátova y Tsvetáyeva, entre otros. El suicidio de Fadéyev, quien fuera presidente de la Unión de Escritores Soviéticos de 1946 a 1954, quien promovió activamente la doctrina Zhdánov y persiguió a connotados escritores, tuvo un significado simbólico.
Ehrenburg escribió la novela El deshielo en 1954, que narra las dificultades de la creación literaria bajo la supervisión del Partido Comunista: con este nombre se bautizó la época de Nikita Khrushchev (Ehrenburg, 2010; Yégorov, 2018). El deshielo en la literatura se caracterizó por renunciar gradualmente al realismo socialista y reconsiderar las visiones individuales y los valores humanos. Políticamente se ubica desde la muerte de
Stalin en 1953, hasta la Primavera de Praga en 1968. La novela Dr Zhivago de Boris Pasternak, publicada en 195 en Italia y prohibida en Rusia hasta su publicación en 1988, representa esta vuelta a la individualidad de la vida y a los sentimientos en una novela intimista que considera los contextos sociales de las personas, pero sin perder sus características como tales. Sin embargo, persistía la represión y Pasternak tuvo que renunciar al Premio Nobel.
Distintos autores prohibidos y de destino fatal por el régimen, fueron recobrando sus lugares y sus lectores, como Yesenin, Pilnyak y Yevgeni Zamyatin, quien inaugura el género distópico en Rusia con su novela Nosotros (2008 [1921]), en la que describe una sociedad futura gobernada por una clase dirigente opresora y represiva. Fue prohibida y publicada en Rusia en 1988.39
39 Fue leído y admirado por Aldous Huxley (1894-1963) y George Orwell (1903-1950), también creadores de la distopía o antiutopía.
En prosa, novelas épicas como Los vivos y los muertos (2007 [1959]) de Konstantin Simonov (1915-1979), que narra los días trágicos previos a la invasión de los nazis a la Unión Soviética. El cuento El destino de un hombre (1956-1957) de Mijail Shólojov, en el marco histórico de la Segunda Guerra Mundial, es la historia de un hombre cautivo de los nazis y sus sueños de sobrevivencia. Fueron nuevas representaciones de la Gran Guerra Patria con visiones dirigidas a los valores humanos y su perversión durante la guerra; neosentimentalismo o realismo clásico, posrealismo con las obras de Aleksandr Solzhenitsyn, premio Nobel de Literatura 1970, en el relato Un día en la vida de Iván Denisovich (publicada en Novy Mir en 1962) y las novelas En el primer círculo (1968), El pabellón de cáncer (1967). Las primeras obras de Varlam Shalámov, con sus experiencias como condenado durante casi veinte años en el Gulag. El realismo fantástico con las obras de Yuli Daniel.
Con el deshielo se publicaron obras prohibidas como las de Mijail Bulgákov (1891-1940), uno de los críticos más persistente del régimen en sus obras con elementos satíricos, por lo que lo boicotearon. La Guardia blanca (titulada Los días de los Turbin para evitar la represión) narra la historia de los tres hermanos Turbin en Kiev, entre 1918 y 1919, la supervivencia y transformaciones de sentimientos y valores en tiempos de guerra; Corazón de perro es la historia de un perro vagabundo recogido por un soviético que le injerta una parte de cerebro humano, ironía del nuevo hombre soviético, publicada en 1980; su obra más conocida El maestro y Margarita –publicada parcialmente en la revista Moskvá en 1966 y completa en 1973–, relata la visita de Satán a un Moscú ateista, en una complicado cambio de geografías, tiempos históricos y personajes, que sirven para reflexionar sobre los valores y sentimientos humanos en la Rusia Soviética.
Aunque no hubo un retorno a las Purgas de Stalin, existieron represiones famosas como los arrestos de Andréi Sinyavsky y Yuli Daniel (1925-1988), quienes escribían críticas y sátiras sobre el régimen soviético, publicados con seudónimo en los samizdats (distribución clandestina de literatura prohibida por el régimen soviético). Arrestados en 1965 en un proceso que fue ridiculizado y criticado como farsa, porque fueron acusados por las opiniones de sus personajes de ficción. Sinyavsky fue recluido en el Gulag por siete años, en 1973 migra a Francia donde trabaja como profesor, publica Voces del coro (1976), que relata sus memorias en el Gulag; muere en Francia. Daniel fue sentenciado a trabajos forzados por cinco años, permanece en Rusia a pesar de que en esa época los disidentes podían emigrar. Los dos se declararon no culpables, lo que era inusual en esa época, por los antecedentes de confesiones forzadas del período stalinista. Este juicio representa el inicio del moderno movimiento disidente soviético.
1968-1985. La creatividad de los 70 y el exilio
Con Leonid Brézhnev (1906-1982) como secretario general del Comité Central del PCUS desde 1964 hasta su muerte, se vivió una etapa regresiva y represiva con el mayor control de las repúblicas soviéticas –invasión de Checoslovaquia en la Primavera de Praga en 1968 en respuesta a las reformas de Dubcek y la intervención en Afganistán–. Se prolongó el samovlasti (régimen autoritario autocrático). A la muerte de Brézhnev se sucedieron varios gobiernos (Yuri Andrópov de 1982 a 1984, Konstantin Chernencko de 1984 a 1985) que intentaron realizar ajustes a la política económica, a la estructura burocrática, la productividad laboral y en materia internacional se distanciaron de Occidente.
A partir de la Primavera de Praga de 1968 y la represión que le siguió, se deja de lado el realismo socialista y se retorna al realismo crítico, superando temáticamente al realismo del siglo XIX de los escritores Gógol, Dostoyevsky, Tolstói y Chejov. En prosa inicia la llamada epopeya popular centrada en el estudio de familias rusas sometidas a las presiones de la Revolución, la colectivización forzada, los sacrificios y martirios en la Gran Guerra Patria, con especial referencia a los valores morales y espirituales que permitieron la sobrevivencia de miles de personas sin perder su condición humana. Continúa la prosa de guerra con nuevos elementos humanos.
Los campos de concentración, archipiélagos Gulag, son estudiados y denunciados con profundidad por Solzhenitzy y Shalámov.40 El espectro se amplía por la mayor libertad creativa hacia la ciencia ficción social y filosófica que examinan la naturaleza humana en los diferentes modelos sociales y las novelas satíricas que estudian los mitos totalitarios.
Yuri Trifonov (1925-1981) relata la vida de las clases medias soviéticas y la vida moscovita. En La casa del malecón (1976)41 retrata la vida en la casa donde habitaban dirigentes y burócratas hasta que en la Purga de 1937 su padre fue arrestado y fusilado (en 1938), y la familia debe dejar la casa. La obra es un sincretismo autobiográfico e histórico.
40 Gustaw Herling-Grudzinski (1919-2000), escritor polaco, escribió Un mundo aparte, en el que narra su experiencia personal en el Gulag soviético de Yersevo, escrito 10 años antes que Un día en la vida de Ivan Desinovich, publicada en inglés en 1953 con prólogo de Bertrand Russell. Escrito en polaco no pertenece a la literatura rusa. Otros antecedentes de la literatura sobre el Gulag son En las garras de la GPU, escrita por el autor bielorruso Franciszek Olechnowicz (1883-1994) en tres versiones, bielorruso, polaco y ruso, en 1934-1935. Un viaje a la tierra Ze-Ka fue escrito por Julius Margolin (1900-1971), nacido en Bielorrusia y nacionalizado israelí; narra su experiencia en un campo de trabajo en la orilla norte del lago Onega, publicado en forma abreviada en Francia en 1949.
41 La casa del Malecón es un edificio monumental construido a la orilla derecha del Río Moscova, delante del Kremlin, sobre el túnel que comunicaba el Kremlin con la mansión del opríchnik Maliuta Skúratov (guardia de seguridad de Iván el Terrible), que llegaba a los aposentos del zar. Fue desarrollada por el Consejo Mágico -creado por Stalin- y el arquitecto Boris Iofán como un edificio mágico y energético en el que se pudiera predecir el futuro. Inaugurado en 1931, debía ser ocupado por la élite gubernamental, militar e intelectuales, en donde se concentraron las Purgas estalinistas; dos tercios de sus habitantes fueron aniquilados. Era una casa de ensueño con todas las comodidades de lujo (Rusia Beyond, 2013).
Víktor Astásiev (1924-2001), representante de la “prosa de soldados” con novelas sobre la Gran Guerra Patria, y de los “escritores de aldea” que trata los problemas de la aldea rusa, escribe también sobre las características sociales y naturales de Siberia. Trabajos por los que fue multipremiado, incluyendo el Premio Solzhenitsyn en 2009, a título póstumo.
El control oficial sobre la literatura continuó y escritores talentosos debieron emigrar. Iósif Brodsky (1940-1996) fue condenado en 1964 y enviado al destierro a trabajos forzados hasta 1965; en 1972 las autoridades le “sugirieron” que migrara, nacionalizándose norteamericano en 1977. Sus poemas son líricos y versan sobre la fatalidad humana. Gana el Premio Nobel de literatura en 1987. Alexandr Zinóviev (1922-2006) era un filósofo especialista en lógica y metodología de la ciencia, sociólogo y novelista. Aunque crítico de la URSS, al ver la situación de Rusia después de la disolución y los efectos genocidas de las políticas neoliberales, apoyó al Partido Comunista en las elecciones de 1996; fue expulsado en 1978 por las novelas Cumbres abismales (publicada en Suiza en 1976) y Radiante Porvenir (1978) en las que criticaba al régimen y a Brézhnev. Víktor Voinóvich (1932-2018) fue un disidente abiertamente crítico con su novela satírica La vida y las extraordinarias aventuras del soldado Ivan Chonkin (1969, publicada en París en 1974), en la que ridiculiza a la sociedad y al funcionamiento de la burocracia en el gobierno de Stalin, fue publicada en Rusia con la Perestroika. Debe emigrar en 1980 a Alemania y se le despoja de la ciudadanía; rehabilitado en 1990 regresa a Moscú.
En poesía continúan y se profundizan las corrientes iniciadas en el período anterior con la inclusión de nuevos escritores, el neo acmeísmo que continúa la tradición filosófica de la Edad de Plata con Arseni Tarkovski (1907-1989). Se estimuló el posmodernismo literario y aparecen nuevas corrientes: los poetas con guitarras, los poetas bajos, la neovanguardia –neofuturismo, poetas del rock ruso con los jóvenes enfadados y el neorromanticismo–.
1985-1991. Disolución de la URSS
La gestión de Mijail Gorbachov entre 1985 y 1991 como secretario general del Comité Central del PCUS, criticó la gestión de Brezhnev que denominó zastoy o estancamiento, debido a la falta de reformas económicas, por lo que propuso cambios a los que denominó uskoréniye (aceleración), luego
Perestroika (reconstrucción) y Glásnot (liberalización, apertura, transparencia). Durante los años de la Perestroika hubo un acercamiento a la economía de mercado, se da fin a la planificación, se permite la propiedad privada, existe mayor independencia de las empresas, lo que legaliza la economía subterránea de las grandes mafias y de esta manera se debilita la economía y tambalea el modelo soviético. No se controló la corrupción y la burocracia estatal vio la oportunidad de apropiarse de los grandes activos de la nación que, con la disolución, se convirtieron en grandes oligarcas.
La apertura política del Glásnot permitió libertad de expresión y la mayor rehabilitación de la historia de la URSS, que inició un proceso de crítica generalizada a absolutamente todo, lo cual fue altamente destructivo de los valores intelectuales históricos. Gorbachov intentó salvar el estado soviético por medio del Tratado de Creación de la URSS con la formación de Estados Soberanos, pero esta propuesta fue detenida por un fallido golpe de Estado de la línea dura del PCUS. Boris Yeltsin se adelanta a este golpe, ilegaliza al Partido Comunista y firma la disolución de la URSS el 8 de diciembre de 1991, con lo que inicia la mayor tragedia humanitaria de la población de la URSS, que generó una diáspora generalizada, migración de una población altamente calificada de la que se benefició Occidente (Pizzonia, 2018).
En estos seis años tan conflictivos, la literatura se abre a un nuevo escenario, la desaparición de la URSS y el regreso de muchos escritores emigrados. Las corrientes se fusionaron y los temas recurrentes de esta etapa fueron la revelación de los males de la sociedad de la URSS. Inicia una nueva ideología oficial, opuesta a la soviética, indicada por la gran cantidad de obras condenatorias del régimen, con una revisión histórica en la cual se profundiza sobre las cuestiones negativas del período soviético, sin considerar los cuantiosos valores culturales y literarios del período.
Cuatro autores paradigmáticos de la época soviética
En esta parte analizamos las obras de cuatro autores paradigmáticos que sobresalieron por su calidad y aportación al conocimiento de la historia soterrada de distintas épocas de la historia soviética. Boris Pasternak (1890-1960); Varlam Shalámov (1907-1982); Aleksandr Solzhenitsyn (1918-2008) y Svetlana Aleksiévich (1948-). Enmarcados en diferentes corrientes literarias, han recogido sus experiencias personales, o las que otros han relatado, como temas y argumentos de sus obras, evidenciando el vínculo entre historia oral, ficción literaria e historiografía.
En el período soviético la memoria cumple un rol importante para aportar confiabilidad a la información y a la documentación que manejan los investigadores y la que ha comenzado a desclasificarse. La memoria puede convertirse en un fenómeno histórico en sí mismo, ofreciendo la posibilidad de trabajar sobre la historia social del recuerdo en cuyo campo podemos incluir y analizar los principios de la selección de las evocaciones del pasado, la forma en que cada grupo ejercita el recuerdo y los cambios y presiones que lo modifican. En este sentido pueden analizarse las obras de los escritores que utilizan recuerdos/testimonios como ejes de sus obras. En sus textos reconstruyen la trama social del período que les tocó vivir con el propósito de difundirlo. Lo hacen a partir de recuerdos propios (Pasternak, Shalámov, Solzhenitzyn y Alexiévich,) y/o recabando recuerdos de otros que han sido testigos personales de los sucesos que describen (Solzhenitzyn, Alexiévich).
Pasternak y la primera etapa revolucionaria
Boris Pasternak es uno de los cuatro poetas rusos más importantes de la primera mitad del siglo XX junto con Anna Ajmátova, Marina Tsvetáyeva y Ósip Mandelshtam, con destinos trágicos por sus obras. Acusado de subjetividad, perdió la estima de las autoridades y, si bien no fue recluido en un gulag, lo expulsaron de la Unión de Escritores y tuvo que ganarse la vida como traductor de alemán –había estudiado en Marburgo–. Su poesía fue excepcional y tuvo un impacto importante.42 Su obra cumbre fue la novela Dr. Zhivago que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1958, el cual debió rechazar por las presiones del régimen soviético y el temor a ser expulsado de Rusia –aunque fue nominado con anterioridad en seis oportunidades desde 1946–.43 La novela fue publicada por primera vez en Italia en 1957 y en Rusia en 1988 en la Revista Novy Mir, aunque ya en 1980 se publicaron poemas contenidos en la novela y en 1982 se publicó un volumen con su prosa. Perseguido, muere a dos años del otorgamiento del Premio Nobel en 1960.
Las críticas se basaron en lo inapropiado de su tono intimista y su interés por el bienestar de los individuos y no de la sociedad, principio básico del realismo socialista. Aunque Khrushev lo prohibió en su momento, leyó la obra completa y señaló que no se debería haber prohibido, lo que da cuenta de la excesiva represión sobre los intelectuales.
La obra es una reflexión sobre la intelligentsia en el proceso histórico de 1902 a 1929, que incluyó la Primera Guerra Mundial, el derrocamiento de Nicolás II, la Revolución rusa de 1917, la guerra civil rusa y el establecimiento de la Unión Soviética en 1922. El personaje de Yuri Andréyevich Zhivago es relativamente autobiográfico; un poeta que debe sobrevivir trabajando como médico en el tumultuoso mundo de la guerra, el fin del zarismo y la construcción de la Unión Soviética, contada retrospectivamente desde un futuro de consolidación del régimen. Los personajes de la novela emulan a protagonistas de la revolución (Pavel Antipov, esposo de Lara, a un militar soviético clásico de la época), cuya frase: “La vida privada ha muerto en Rusia, la historia la ha matado…” da cuenta del enfrentamiento entre los criterios sociales e individuales de las corrientes literarias.
La novela contiene casi todas las posibles realidades de la Rusia de esas épocas; la pobreza, el exilio de la familia del Dr. Zhivago en Francia, la pérdida de la vida cotidiana por la revolución, la casa, las terribles condiciones de la vida (el Dr Zhivago roba madera para calentar su casa dividida en partes para albergar a personas del pueblo), la poesía y el poeta perseguidos y, finalmente, un pueblo que ama la poesía y le rinde tributo a través del gran poeta Dr. Zhivago que indefectiblemente muere. Con el agregado de un profundo amor entre Yuri y Lara malogrado por las circunstancias, inspirada en su relación con la poeta y escritora Olga Ivinskaya (1912-1995), su amante durante 13 años hasta la muerte de Pasternak en 1960.44
42 Sus poemas en Mi hermana la vida (2000 [1917-1921]) fue una obra escrita durante tres meses en el verano de 1917, cuando se enamoró de la joven judía Yelena Vinograd. El libro fue publicado en 1921.
43 En 1989 se autorizó a su hijo Yevgueni a recibir el Premio Nobel en nombre de su padre.
44 Ivinskaya escribió A Captive of Time. My Years with Pasternak (1978) en la que describe la relación con el autor y las dificultades de sus arrestos en el Gulag de 1949 a 1953, para presionar a Pasternak, y de 1960 a 1964 acusada de ser el vínculo con las editoriales occidentales. Fue rehabilitada en 1988.
Shalámov. La supervivencia al Gulag
Los recuerdos de otros y/o propios se refieren, en todos los casos, a situaciones y experiencias diversas de destrucción de la vida, como es el caso de los Relatos de Kolimá (1997, 2007, 2009, 2010, 2011, 2013) de Shalámov, en los que describe situaciones concretas correspondientes a estrategias aplicadas por el Estado y el clima social que se experimentaba en los campos de trabajo de Kolimá. Para ese período los recuerdos personales incluidos en el argumento y las descripciones incorporadas a obras literarias son un recurso valioso para la interpretación histórica, dado el secreto impuesto acerca de muchos acontecimientos vividos en los campos de trabajo forzado.
Varlam Shalámov fue arrestado por primera vez en 1927 por difundir la Carta al Congreso del Partido, considerada el testamento político de Lenin de 1922 y liberado en 1931; pero en 1937 fue nuevamente arrestado por “actividades trotskistas contrarrevolucionarias” y por haber declarado que el escritor Iván Bunin (1870-1953) era un autor clásico.45 Recluido en la región sub-ártica de Kolimá, en Siberia, donde había varios campos de trabajo forzado en las explotaciones mineras, hasta 1951. Fue rehabilitado en 1956, con lo que pudo regresar a Moscú. Envió sus trabajos a Pasternak, quien elogió su obra y entabló una fructífera relación con Aleksandr Solzhenitsyn y Nadezhda Mandelshtam.
45 Iván Bunin fue crítico del régimen soviético, emigrado a París en 1919 y primer escritor ruso en ganar un Premio Nobel en 1933. Su obra Días malditos (2007 [1925]) es un testimonio de lo acontecido en Moscú y Odesa meses posteriores a la Revolución. Fue publicado por primera vez en 1925 y en Rusia se publicaron partes en 1988 con buena aceptación de los lectores.
Desde 1957 hasta 1973 trabajó en los relatos cortos sobre la vida en el campo de trabajo, Relatos de Kolimá que, junto con los textos de Solzhenitzyn, son las mejores descripciones de la vida en los campos de concentración soviéticos. Constituyen un testimonio literario con una gran calidad de prosa en la que se muestra la deshumanización de hombres privados de todos los derechos y de todos los sentimientos. Fueron publicados en Occidente desde 1966, la versión completa en ruso apareció en Londres en 1978 y en la Unión Soviética en 1987, después de la muerte del autor en 1982, cuando su obra empezaba a ser reconocida internacionalmente (aunque desde los 60 circulaban en samizdat). En 1972 Shalámov se retractó de sus relatos por presiones del régimen soviético.
Solzhenitsyn. Supervivencia, denuncia y exilio
Como escritor, historiador y víctima del totalitarismo soviético, Solzhenitzyn
ha sido protagonista y observador de la situación de represión, sobre la que denunció y concientizó, en especial sobre los campos de trabajos forzados del Gula, en los que estuvo preso desde 1945 a 1956, por unas cartas enviadas a un amigo en las que critica la conducción de la guerra por Stalin. Por sus conocimientos en matemáticas fue recluido en un sharashka, nombre informal de los laboratorios secretos de los Gulag, donde trabajaban los científicos arrestados por el régimen. Es rehabilitado en 1956, cuando se le permite vivir en el centro de Rusia.
En 1956 cumple su condena en la ciudad de Ekibastuz, Kazajistán, donde comienza a escribir el relato Un día en la vida de Iván Denisóvich (1962), publicada inicialmente con el título SC-854, placa de identificación del protagonista en el que se cuenta un “buen” día en la vida de un preso en un campo del Gulag, acusado de alta traición y espía porque escapó de los nazis y se reintegró al ejército ruso. Para no morir ejecutado acepta la veracidad de esta acusación. Fue publicado por la revista Novy Mir, editada por el poeta Aleksándr Tvardovski (1910-1971).46 Constituye una severa crítica basada en la observación, la experiencia del autor y las historias de los presos. Khrushev acepta su publicación para distanciarse de las purgas de Stalin, pero el texto se convierte en un best-seller y a los dos años es prohibido y se consigue sólo en los samizdat. Su estancia en la sharashka le inspira El primer círculo, en el que describe otros campos de trabajo denominados “islas paradisíacas” del Gulag en el que trabajaban los científicos en proyectos de ingeniería considerados estratégicos, centrales eléctricas, equipos de telefonía, aviación, etc. En la trama, al sharashka llega el encargo de perfeccionar técnicas de espionaje para descubrir a un enemigo del Kremlim que ha dejado grabada su voz.
46 Tarkovsky dirigió Novy mir de 1958 a 1970, año en que renuncia por presiones políticas.
Pabellón de cáncer (1967) fue escrito luego de que se le extrajera un tumor que contrajo mientras trabajaba como minero, albañil y forjador durante su encierro. La historia se desarrolla en un hospital de Taskent en los años 50. Es en parte una novela autobiográfica en la que el protagonista Oleg Kostoglotov, condenado a trabajo forzado, es admitido en un hospital del Gulag, como el autor, y todo el entorno es una alegoría del estado de la Rusia Soviética.
En 1969 es expulsado de la Unión de Escritores Soviéticos por denunciar la prohibición de sus obras y cuando le otorgan el Premio Nobel de Literatura en 1970, declina ir a Estocolmo por temor a no poder regresar. Archipiélago Gulag (1974) es un análisis del sistema de prisiones soviético y de la policía secreta, para ello entrevista a 227 supervivientes, mezcla hechos históricos y autobiográficos, junto con los testimonios recabados. En una nota de la primera edición escribe: “En este libro no hay personajes ni eventos ficticios. La gente y los lugares son llamados con sus propios nombres. Si son identificados por sus iniciales en vez de sus nombres, es por consideraciones personales”. Describe las “atrocidades de un Estado enfrentado demencialmente a su propio pueblo casi desde sus inicios”.
La primera parte es publicada en París en 1973, después de que el manuscrito fuera incautado y su secretaria, Elizaveta Voronyánskaya, se suicidara luego de ser torturada por la KGB. Archipiélago Gulag 2 y Archipiélago Gulag 3 fueron publicados en 1975 y 1978. En 1974 es expulsado de la URSS y deportado a Fráncfort del Meno en la República Federal de Alemania. Se le retira la ciudadanía soviética, la que recupera en 1990. En 1994 regresa a vivir a Rusia hasta su muerte en 2008. Así como describió los horrores del sistema soviético, fue un crítico de las consecuencias de la disolución de la URSS y de la relación con Occidente, afirmando que Occidente había perdido las condiciones éticas para enfrentarse al mundo y a sí misma.
Alexeiévich, la crítica abierta al sistema
Svetlana Alexiévich, Premio Nobel de Literatura en 2015, realiza en sus obras fuertes críticas al sistema en el período que le tocó vivir en la URSS, considerando los procesos vividos por el pueblo que le permiten focalizar en las secuelas que esa forma de organización social ha ocasionado en los habitantes, lo cual los posiciona de una manera especial frente a las adversidades de la vida. Entre sus libros más conocidos, en los cuales utiliza testimonios de personas que han sido testigo de los sucesos sobre los que quiere escribir están: La guerra no tiene rostro de mujer (2015 [1985]), Los muchachos de zinc. Voces soviéticas de la guerra de Afganistán (2016 [1989]), Voces de Chernóbil (2015 [1997]), El fin del homo soviéticus (2015 [2013]).
Se enfrentó a la censura de Alexandro Lukashenko –presidente de Bielorrusia de 1994 a la fecha– y emigró en el año 2000, para volver en el año 2011. Perteneciente al período avanzado de la URSS, Alexiévich toma varios sucesos y aspectos de la organización social como argumento. En Voces de Chernobil escribe sobre la relajación de los controles en la Central Nuclear de Ucrania, ubicada muy cerca de la frontera con Bielorrusia.
Cuando se produjo el accidente, la URSS envió casi un millón de “liquidadores”, encargados de “liquidar las consecuencias del accidente”, los que en su mayoría han muerto, pero pudo entrevistar a los sobrevivientes recogiendo sus historias sobre la muerte y el amor de los “héroes con destinos fatales” (Alexiévich, 2015 [1997]: 47), que dan testimonio del accionar de las autoridades en el ocultamiento y el engaño como mecanismo de control social. De manera similar, en La guerra no tiene rostro de mujer recoge recuerdos de cientos de mujeres que combatieron en las filas del ejército rojo durante la Segunda Guerra Mundial; comentan sus experiencias por primera vez y revelan los aspectos “no heroicos” de la guerra. La autora reconoce, como los historiadores orales, que escribir sobre la guerra es decir toda la verdad sobre ella explorando en las vivencias de los que regresaron.
Reflexiones finales
La literatura rusa es amplísima y posee una calidad extraordinaria en poesía, prosa y dramaturgia; tanto en la heterogeneidad de sus perspectivas, movimientos y temáticas, como en el compromiso con la realidad y el contexto en el que se producen.
Desde siglo XIX, conocido como el Siglo de Oro, que puede considerarse el (re)nacimiento de la literatura rusa, muchas de sus obras forman parte del acervo de la literatura universal. Se caracteriza por la denuncia social, en la que se consideran los valores sociales e íntimos de los personajes, buscando el sentido de la verdad, de la vida, de la moral y de la ética, con perfiles filosóficos y psicoanalíticos. Enmarcadas en el contexto histórico en que se desarrollan sus vidas, lo trascienden transformándose en atemporales, en una cosmovisión en que es la humanidad la que está en juego; lo que explica la actualidad de muchas de sus obras. A la vez que aportan conocimiento sobre tramos de su historia, mostrando a través de las voces de los actores las estrategias aplicadas por el Estado.
La etapa soviética es singularmente importante y diferenciada. Por las expectativas que generó el proceso revolucionario, con mucha creatividad en las temáticas y estilos. El desencanto que produjeron los acontecimientos posteriores como la colectivización forzada, las hambrunas, las injusticias y las detenciones que reprimían la libertad de pensamiento y acciones, dio lugar a la aparición de una literatura de reflexión, conciencia, crítica y denuncia.
La literatura de la época soviética estuvo caracterizada por dos grandes aportaciones: las que contribuyeron a la construcción del Estado soviético y una literatura intimista –considerada individualista para sus detractores–, heredera de la tradición literaria anterior a la Revolución y que se relaciona con la inconformidad y crítica al régimen; en ella se puede reconstruir la historia y posibilita la comprensión de situaciones sociales y existenciales que no pueden ser aprehendidas por otros métodos.
Muchos escritores del período soviético hacen un aporte valioso a la historia de Rusia y de la URSS, dada la inexistencia o falta de acceso a muchos documentos que no han sido desclasificados o lo han sido recientemente. Y, en muchos casos, aclaran o se oponen a la historia oficial que desconoce o tergiversa algunos sucesos, de acuerdo con los intereses del momento. Estos textos literarios pueden ser usados como fuentes históricas de segundo orden, que cubren dimensiones que hasta el presente la historia oficial no ha tratado por la censura existente sobre los documentos hasta la disolución del Bloque Soviético y de la URSS, o la destrucción de muchos de ellos.
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