Veredas. Revista del Pensamiento Sociológico

Roberto García Jurado / Profesor investigador, Departamento de Política y Cultura. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.

La pobreza es sin duda alguna, uno de los grandes problemas mundiales con directas y graves repercusiones locales, y constituye un enorme agravio social y moral. En muchos países, la pobreza resulta bastante más ofensiva en tanto que se acompaña de altos índices de desigualdad, propiciando que haya una reducida minoría que vive en la opulencia y el dispendio, mientras que la mayor parte de la población se encuentra en la más absoluta marginación. En el plano internacional se reproduce fielmente el esquema de los países más pobres y desiguales, pues aproximadamente el 1% de la población controla casi el 50% de la riqueza mundial.
Sin embargo, el libro que ahora publica Esther Duflo, Combatir la pobreza. Herramientas experimentales para enfrentarla, no aborda el problema de la pobreza partiendo de un diagnóstico socioeconómico apoyado en información estadística sobre el tema, de hecho ni lo menciona, dando por hecho que el lector está plenamente consciente de la magnitud y gravedad del problema. Lo que hace Duflo, Premio Nobel de Economía 2019, siendo por cierto la persona más joven en obtenerlo (47 años), es exponer el resultado de una serie de experimentos socioeconómicos que se llevaron a efecto con el fin de comprobar empíricamente la eficacia de ciertas medidas o acciones contra la pobreza, algunos de los cuales fueron realizados por ella misma.


Aunque el libro es producto de un curso que ofreció en el Collége de France en 2009 y se publicó previamente en tres escritos independientes, el presente texto ha sido ensamblado para presentarse como conjunto y ha recibido un título afortunado, más que los títulos de los originales en francés inclusive, ya que da cuenta tanto del método como de los resultados obtenidos, de forma apropiada.


Si bien no se ofrecen las estadísticas sobre la pobreza que documentan el problema, lo que sí se hace en el primer capítulo es dar cuenta de una de las polémicas más pertinentes en este terreno y que consiste en la posición que deben adoptar el Estado y la sociedad frente a la pobreza, una disputa cuyas posiciones paradigmáticas se ilustran a través de dos autores estadounidenses.


Uno de ellos es Jeffrey Sachs, quien en su libro Fin de la pobreza (2005) sugería que se podría acabar con ella para el 2030 si los países ricos aportaban la suficiente ayuda a los pobres, asumiendo y comprometiéndose realmente en ello. En contraparte, William Easterly, en su libro La carga del hombre blanco (2006), comenzaba por denunciar lo que llama la “industria de la ayuda para el desarrollo”; es decir, el conjunto de actividades que emprenden tanto los gobiernos de los países ricos como las agencias internacionales de desarrollo y las múltiples asociaciones civiles que se involucran en esta tarea, las cuales canalizan importantes fondos económicos a los países agobiados por este problema, lo cual a su juicio no sólo es completamente inútil y estéril, sino que además propicia innumerables actos y circuitos de ineficiencia y corrupción. De este modo, basándose en Hayek y Friedman, los dos paradigmas teóricos del neoliberalismo, Easterly plantea que la mejor manera de atacar y resolver la pobreza es dejar que el mercado lo resuelva, que sea éste quien asigne y distribuya los recursos disponibles en la sociedad.


Duflo no aborda directa y personalmente la vieja polémica entre el neoliberalismo y el Estado de bienestar que protagonizan en este caso Easterly y Sachs, aunque toma claramente partido por las posturas asistencialistas, asumiendo que la pobreza es un problema social, que amerita la intervención del Estado, rechazando así las opiniones y perspectivas de quienes juzgan que la pobreza es una situación de la que es responsable exclusivamente quien la padece, postulando que el pobre es responsable material y moralmente de serlo.
Más específicamente, Duflo expresa su aceptación del paradigma que estableciera Amartya Sen, otro economista distinguido con el premio Nobel, quien planteó la importancia del desarrollo de las capacidades de los individuos, no sólo para superar su pobreza, sino para ejercer su libertad plenamente y realizar así los valores fundamentales de su vida. De este modo, asumiendo que la salud y la educación son dos requisitos básicos para que el individuo desarrolle sus capacidades, tal y como lo propuso Sen, Duflo ha concentrado buena parte de sus estudios y análisis en estas dos áreas de la vida social.


Precisamente este es el objeto del que se ocupa el Capítulo II del libro, dejando para el Capítulo III –el último– otro tema muy característico del combate a la pobreza, los microcréditos. Sin embargo, antes de considerar los resultados ofrecidos en estas secciones, vale la pena poner atención al método que utiliza Duflo, el cual constituye un rasgo muy característico de sus trabajos, empleando un enfoque que lo diferencia de muchos otros análisis sobre la pobreza.


El método que utiliza Duflo es un procedimiento que ya se ha utilizado en otras disciplinas, particularmente en las ciencias de la salud, un método que suele llamarse Ensayo Controlado Aleatorio, por medio del cual se analizan dos casos seleccionados aleatoriamente, uno de los cuales se mantiene en condiciones normales, mientras que el otro se somete a la modificación de una variable, con el fin de observar su comportamiento. Evidentemente, este método desafía la limitación tradicional y estructural de las ciencias sociales para realizar experimentos en un laboratorio, dada la enorme cantidad de variables que inevitablemente escapan al control del observador, lo cual relativiza o llega a poner en duda las conclusiones del experimento. Duflo está plenamente consciente de ello, sin embargo, tomando todas las precauciones posibles, lleva a cabo sus observaciones y manipulaciones con el fin de obtener interpretaciones y conclusiones plausibles, regulares y comprobables.


Además de usar y basarse primordialmente en este método, que puede llegar a ser criticable o, por lo menos polémico, los estudios de Duflo se caracterizan por poner a prueba todas las hipótesis o supuestos en torno a la pobreza, sin asumir verdades incontrovertibles o comprometerse con principios sociológicos generalmente aceptados. Más llamativo aún resulta que trata a los individuos en situación de pobreza como a cualquier otro agente social, y si bien no se pliega al dogma del homo economicus, el agente completamente racional, tampoco descarta este tipo de comportamiento ni ningún otro, asumiendo que la conducta individual puede verse sometida a condicionantes religiosos, raciales, étnicos, de género y de cualquier otro tipo, sin excluir prácticas de corrupción o free raider. Así, desprendiéndose de actitudes paternalistas o maniqueas, Duflo trata de indagar las motivaciones o inclinaciones de los individuos que viven en pobreza, sobre todo en la manera en que reaccionan a los programas sociales gubernamentales o las intervenciones humanitarias.


Duflo adopta el mismo método y la misma actitud para emprender el análisis de las microfinanzas en el Capítulo III, un recurso y estrategia de lucha contra la pobreza que tuvo un gran auge desde el último cuarto del siglo anterior, sobre todo a partir de la iniciativa de Muhamed Yunus, ganador también de un Nobel, quien desde 1976 fundara su Grameen Bank, con el fin de otorgar microcréditos a personas que desearan emprender una actividad productiva independiente y de esa manera paliar su situación de pobreza.


Adicionalmente a la atención mundial que los estudios de Duflo han generado, al grado de volverse uno de los aspectos considerados para hacerse merecedora del Nobel, entre los mexicanoa resulta también llamativo que la economista francesa conozca con algún grado de detalle ciertos programas sociales como el Progresa–Oportunidades que lanzó el presidente Zedillo, o el programa de microcréditos personales que creó el presidente Felipe Calderón, o incluso la actividad financiera del banco Compartamos, destacable sobre todo en el campo de los microcréditos; todos, ejemplos que ella utiliza para ilustrar algunas de sus afirmaciones y generalizaciones sobre la efectividad de los programas sociales públicos utilizados en el combate a la pobreza.


Más allá de la polémica que han despertado el tipo de estudios que realiza Duflo, cuya metodología es motivo de una encendida polémica, vale la pena prestar atención a su propósito y entorno, consistente en plantearse la evaluación detallada de las políticas sociales y ayudas humanitarias en el terreno de lo microsocial, sin temor o reticencias a las observaciones y conclusiones que de ella puedan extraerse, ya que muy frecuentemente arrojan información y explicaciones que no sólo son de la mayor utilidad para los investigadores sociales, sino que deberían ser del mayor interés para los funcionarios públicos encargados de las políticas sociales.

Duflo, Esther (2021).
Combatir la pobreza. Herramientas experimentales
para enfrentarla.
México: Grano de Sal.