Veredas. Revista del Pensamiento Sociológico

Por Graciela Lechuga Solís / Profesora-investigadora, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.

Después de casi 35 años de espera y a pesar del deseo de Michel Foucault de que no se “hicieran publicaciones póstumas” de sus escritos, el cuarto volumen de Historia de la sexualidad. Las Confesiones de la carne1 se publicó el 8 de febrero de 2018, precedido por el coloquio Internacional: “Michel Foucault, les Pères et le sexe”, en el que participaron especialistas tanto del pensamiento de Foucault como de la patrística de San Agustín y otros, así como los investigadores de los archivos del Fondo Michel Foucault de la Biblioteca Nacional de Francia2, efectuado los días 1-2-3 de febrero de 2018. Ambas actividades, publicación y coloquio, celebradas en la ciudad de París, Francia.

1 Foucault, Michel. Historia de la sexualidad 4. Las confesiones de la carne, (2019) (Trad. de Horacio Pons). México: Siglo XXI editores. / Foucault, Michel. Histoire de la sexualité 4. Les aveux de la chair (2018). Édition établie par Frédéric Gros. Paris, Éditions Gallimard). 
2 Daniel Defert, el compañero de Foucault, vendió en 2013 a la Biblioteca Nacional de Francia los archivos de Foucault, los que constituyen un acervo cercano a 40,000 manuscritos depositados en casi una centena de cajas, cuyo contenido se compone tanto de notas del propio Foucault, como de sus escritos de publicaciones pasadas, sus notas de clase, borradores de sus libros y el libro inédito hasta 2018 Las  Confesiones… y, entre otros, también el artículo sobre literatura “Homère, Les récits, L’éducation, Les discours, y el saber literario”, publicado en NRF no. 616 de enero de 2016, que versa  sobre la importancia de la obra de Homero en la literatura moderna europea, así como definiciones del discurso, el relato, entre otros temas.

Desde la publicación de Historia de la sexualidad I. La voluntad de saber, en la cuarta de forros de la edición de Gallimard se anunciaba la serie que compondría esta Historia de la sexualidad: La chair et le corps (La carne y el cuerpo); La croissade des enfants (La cruzada infantil ); La femme, la mère, et l’hystérique (La mujer, la madre y la histérica); Les pervers (Los perversos); Population et races (Población y razas).

Pero el plan original de Foucault de 1976, después de La Voluntad de saber, se modificó. Ninguno de estos libros se publicó, aunque se conservan borradores de La carne y el cuerpo y de La cruzada infantil en los archivos del fondo Michel Foucault de la Biblioteca Nacional de Francia. Según afirma el editor del cuarto tomo de Historia de la sexualidad, Frédéric Gros, de estos últimos se cuenta con el borrador de una primera redacción.3 

Entre La voluntad de saber y El uso de los placeres y La inquietud de sí pasaron cerca de ocho años, entre 1976 y 1984, años muy fructíferos en las investigaciones de Foucault, pues publicó varios artículos los cuales se encuentran en el compendio Dits et écrits de cuatro volúmenes,4 que contiene artículos, conferencias, reseñas, etc., en donde se pueden leer avances o posibles temas que incluiría en el que sería el cuarto volumen de Historia de la sexualidad. Las confesiones de la carne,5 además ofreció algunas de las conferencias que ofreció en el Collège de France y varias conferencias fuera de Francia, tanto vinculadas a la sexualidad como a la ética de la Antigüedad. 

3 El manuscrito de La carne y el cuerpo se encuentra en las cajas LXXXVII a LXXXIX, y el de La cruzada infantil en las cajas XLIV y LI. Frédéric Gros. Foucault, Michel. Historia de la sexualidad 4. Las confesiones de la carne, op.cit., p.19. 
4 Foucault, Michel. Dits et Écrits (1994) (en adelante DE), 4 Vol. Édition établie par Daniel Defert et François Ewald, avec la collaboration de Jacques Lagrange. Paris: Gallimard.
5 La presencia del pensamiento greco-romano en Foucault se puede leer en algunos trabajos desde 1977 (v. Foucault, Michel, DE, .op.cit., p.51), como también en algunas conferencias como las impartidas en el otoño de 1980, a saber:  “Cristiandad y confesión”  y  “Verdad y subjetividad”, en Darmouth College en New Hampshire, misma que con pequeñas variaciones sustentó en la Universidad de California, en Berkeley: “Subjetividad y verdad”. V. Michel Foucault, About the Beginnings of the Hermeneutics of the Self. Lectures at Dartmouth College,1980. Chicago and London: The University of Chicago Press, 2016. Otra huella de su interés por la Antigüedad greco-romana está en Seguridad, territorio y población. Foucault, Michel(2006). Seguridad, territorio y población. Curso en el Collège de France (1977-1978). México: Fondo de Cultura Económica, pp.161-176, en donde el tema del poder pastoral cristiano se integra a la investigación sobre el tránsito del feudalismo al capitalismo, a los antecedentes del Estado moderno y a la gubernamentalidad. También temas sobre la Antigüedad están en el artículo “Omnes et singulatim: vers une critique de la raison politique” (1981), DE 4:134-161, art. 161, y en la conferencia “Sexualité et solitude”, DE, 4.168-178 art no. 295.

Esta fue también una época de rectificación del proyecto anterior, el de la Historia de la Sexualidad, el de la ontología histórica del poder, la cual termina con este libro6 y a la vez inicia el desarrollo de su ontología histórica de nosotros mismos en relación a la ética, la que se concluye con la publicación de los tres tomos restantes de la Historia de la sexualidad.

6 Tanto en Vigilar y castigar como en La voluntad de saber el tema del poder está presente. En Historia de la Sexualidad I, en la segunda parte en donde Foucault abre el tema de la biopolítica que lo desarrollará también tanto en Seguridad, territorio y población, y en el que como se indicó arriba, abre tanto el tema de la biopolítica como el del poder pastoral cristiano; y en El Nacimiento de la biopolítica, que es el único libro de Foucault sobre la gubernamentalidad liberal, historia y economía política que alude al siglo XX. Estos dos últimos libros son, en mi opinión, libros de tránsito entre una ontología y otra.

Las Confesiones de la carne está escrito en un estilo sobrio y con un lenguaje llano, sin rebuscamientos, que hace que su lectura sea de fácil comprensión además de interesante. Es un libro de 450 páginas dividido en tres capítulos, cuatro apéndices y una bibliografía especializada de pensadores de la antigüedad greco-romana, como Clemente J. Casiano, Tertuliano, San Agustín, Clemente de Alejandría, Agustín de Hipona, Juan Crisóstomo y otros.

El libro se publicó después de 36 años de haberse entregado a la Editorial Gallimard. La espera  se debió a que Foucault decidió seguir el consejo de su amigo Paul Veyne de no publicarlo antes de publicar los que serían Historia de la sexualidad 2. El uso de los placeres, e Historia de la sexualidad 3. La inquietud de sí, con el fin de facilitar a los lectores la comprensión de la temática que desarrollaría en Las confesiones de la carne. En mayo y junio de 1984 Foucault revisó los tres volúmenes cuando ya estaba enfermo y hospitalizado en el hospital Salpêtriére, en donde fallecería el 25 de junio 1984.

Si en La voluntad de saber Foucault desarrolló el dispositivo de la sexualidad y la importancia que tuvo la construcción del cuerpo moderno, productivo, eficiente y obediente para la  sociedad capitalista del siglo XIX, en El uso de los placeres, La inquietud de sí y en Las confesiones de la carne, Foucault muestra a sus lectores otra manera de vivir el sexo, los placeres, los cuidados del cuerpo, a través de las techné, las cuales entre los siglos II y IV actuaron sobre la conducta de los sujetos y en particular sobre las experiencias vitales  del matrimonio, la virginidad, la concupiscencia, la penitencia. 

Desde el título, Las Confesiones de la carne, se invita a leer sobre la carne, a que la carne hable; que hable ella de las culpas, de las obligaciones de la vida marital, del arte de la virginidad, de los rituales, de la penitencias. Esas confesiones, “esa estela de la que yo es”, esas palabras archivadas, constituyen los temas con los que está construido el libro cuyo objetivo final, como cuarto tomo de la Historia de la sexualidad, es cerrar los dos momentos históricos de  la “genealogía del hombre de deseo”.

 A través del estudio de muchos documentos de la Antigüedad, como se puede apreciar en la bibliografía, y de una indagación seria y rigurosa como son las de Foucault, la investigación de archivo trajo como resultado Las confesiones de la carne, donde la información archivística hizo posible las pinceladas de la verdad de las técnicas y reglas de conducta de “este animal de confesión”.7 Leer Las Confesiones de la carne es una experiencia que permite, al reconocerlas, descubrir la formación del alma cristiana. 

7 Foucault, Michel (1976). La volonté de savoir. Histoire de la Sexualité I. Paris: Gallimard.

En el libro se muestran las continuidades y cambios de estas técnicas y reglas, como por ejemplo en el matrimonio, según San Juan Crisóstomo y según San Agustín.

Crisóstomo no es el fundador de una ética del matrimonio, él solamente es “testigo y ejemplo” de la vida de los cónyuges, “la que ya estaba muy desarrollada en la época de sus escritos” (272). El matrimonio es para él “una pequeña iglesia” (276) que conlleva una serie de principios (278- 283) los cuales son reglas para “saber estar casado” (282). Estas son algunas de ellas: 

– De desigualdad natural. Es la que el marido tiene el rango de jefe y la mujer ocupa el lugar del cuerpo.

– La de complementariedad, en ella se afirma que: “En la vida matrimonial, el hombre participa en las deliberaciones públicas, otra impone sus opiniones en la casa. Él administra los dineros públicos, ella cría a los hijos, que son a su manera un “tesoro precioso”(278).

 – Principio del deber de enseñanza ligado al respeto del pudor. Por ser “la cabeza, el marido debe guiar a la mujer, ser su educador y formarla en las virtudes.”(279).

– Principio de la permanencia del vínculo y la reciprocidad de las obligaciones. “El vínculo matrimonial se establece de una vez y para siempre y, salvo adulterio, no puede romperse” (280).

– Principio del lazo afectivo, es el que hace posible “la condición permanente del buen matrimonio” (281). 

Estos principios y otros temas que Foucault desarrolla sobre la vida conyugal siguen presentes, en cierta medida, en las parejas católicas. 

Por su parte, para San Agustín, que es en mi opinión una figura destacada en el libro, sostiene que tanto el matrimonio como la virginidad son diferentes maneras de constituir la societas, cuyo fin es el del género humano. Pero no obstante, aunque el matrimonio es la base y es un bien por sí mismo, su relevancia estriba en que dentro de los rituales cristianos el matrimonio es la santidad del sacramento que tiene más “valor que la fecundidad del vientre” (332), es decir, que los principios sacramentales son las bases que dan orden a la societas.

En relación a la concepción de San Agustín sobre la sexualidad, Foucault rescata unas afirmaciones que tienen valor literario. El sexo, afirma, es un arrebato de los sentidos, una debilidad del alma, un movimiento involuntario que “…surge erguido en su insurrección y ofrecido a la mirada” (p.352), se trata de “una pequeña epilepsia que adopta las apariencias de la muerte” (p.342). Este carácter involuntario de la lascivia se debe a que es carnal y, por lo tanto, marca la potestad del cuerpo sobre el alma” (p.356). A esta insurrección del sexo en San Agustín, la libido, Foucault lo desarrolla en el último capítulo del libro.

Una de las tecnologías de sí mismo es la virginidad, la cual juega un papel muy importante en la vida de las sociedades greco-romanas, incluso más que el matrimonio, pues implica una forma de relación que establece el individuo consigo mismo. La virginidad no es de ninguna manera una descalificación de la vida sexual, sino, por el contrario, su importancia radica en la puesta en relación del individuo con su propia conducta sexual. La virginidad afirma Foucault, es “una estimación considerable de la relación del individuo con su propia conducta sexual, porque hace de esa relación una experiencia positiva dotada de un sentido histórico, metahistórico y espiritual” (219). La contraparte de la virginidad es la concupiscencia en tanto “voluntad degradada” (365). 

En general, sostiene Foucault, “el valor negativo que se le atribuyó a la relación del sujeto con su actividad sexual no corresponde en nada con la moral griega o romana” (219). 

El cristianismo que constituyó a través de técnicas y artes de existencia la vida subjetiva de los sujetos, así como las manera de dirigir sus conductas, tiene otro importancia, que es política. En algunos de estos pensadores de la Antigüedad, como Crisóstomo, San Jerónimo, San Agustín Gregorio de Niza y otros más, se puede leer que promovieron el desarrollo de una pastoral con el fin de adaptar a la vida en el mundo algunos de los valores ascéticos de la existencia monástica, así como las prácticas de dirección de los individuos” (267), los cuales se vinculan “con relaciones de autoridad de tipo pastoral” (270). Por lo cual, continúa el autor de Historia de la sexualidad, que:

la extensión del cristianismo, su constitución como religión de Estado, y la importancia de las instituciones eclesiásticas -después de todo, el cristianismo fue  la primera religión que se organizó como iglesia- le dieron una capacidad de penetración mucho más grande que la de la filosofía de la Antigüedad” (270)…Iglesia que define el poder que ejerce sobre los fieles –sobre cada uno y sobre todos- como un poder pastoral (403).

Esta voluntad de expansión del cristianismo es gracias a su “exigencia de universalidad” y al apoyo de las instituciones cristianas. 

En las últimas páginas del libro y después de exponer la serie de tecnologías del yo de la Antigüedad greco-latina y sus transformaciones, Foucault  desafía a sus lectores con esta  pregunta: “¿A qué sistema de reglas debemos someternos en el mundo de hoy?” (321). Pregunta difícil de responder, no cabe duda, pero sí es factible reflexionar sobre ella ahora que el régimen patriarcal está en crisis severa y que pone en duda al brutal régimen hispano-católico que nos impuso a nosotros los mexicanos el catolicismo.

Foucault, Michel (2019).
Historia de la sexualidad 4.
Las confesiones de la carne
(trad. de Horacio Pons).
México: Siglo XXI editores. 

Referencias

Foucault, M. (1976) La volonté de savoir. Histoire de la Sexualité I. Paris: Gallimard.

__________ (1994) Dits et Écrits, 4 vol. Édition établie par Daniel Defert et François Ewald, avec la collaboration de Jacques Lagrange. Paris: Gallimard.

____________ (2006) Seguridad, territorio y población. Curso en el Collège de France (1977-1978). México: Fondo de Cultura Económica. 

___________ (2018) Histoire de la sexualité 4. Les aveux de la chair. Édition établie par Frédéric Gros. Paris: Gallimard.

2 respuestas

  1. Definitivamente, la historia de la sexualidad, es un bello recorrido a través e la cultura griega que nos libera de prejuicios acerca del amor y el deseo pero que también nos confronta con nuestra ética sexual , sobre todo con lo que se manifiesta en la actualidad.

  2. Exelente artículo, la historia de la sexualidad nos presenta este recorrido histórico y su relación de poder en cada momento, la sexualidad en general nos ofrece el conocimiento de si ese si que es el ser, y es el constructo de la cultura y el lenguaje. La historia de la sexualidad nos ofrece una mirada a nuestra raíz cultural Greco-romana y cristiana.

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