Veredas. Revista del Pensamiento Sociológico

Gabriela Contreras/ Profesora investigadora, Departamento de Relaciones Sociales. UAM Xochimilco.

La Cuenca del Río Amatzinac, nace en las faldas del volcán Popocatépetl. Es clara su riqueza en términos de paisaje, pero en términos socioculturales esta región ha motivado numerosos estudios desde distintas fronteras disciplinarias; estudios sobre el agua, las organizaciones de mujeres, la salud medicinal, diversidad en la agricultura, entre otras.

El vocablo Amtazinac es una palabra que proviene del idioma Náhuatl y significa, mano de agua (Códice Hueyapan, 1574, en B. Galleimin, 2004). Las poblaciones involucradas han mantenido una organización para el aprovechamiento de este recurso, ligado a una amplia productividad en agricultura, explotación forestal, producción de frutales en huerto y cultivo de aguacate. Esto cruza con otras condiciones históricas de propiedad de la tierra: propiedad comunal, propiedad privada y ejido (Conagua, 2009), de modo que la desigualdad regional es un elemento a considerar en tanto ha moldeado las experiencias y las condiciones sociales, las resistencias y las aspiraciones de bienestar. Los pueblos de la cuenca aportan elementos para plantear vínculos entre comunidad, tradición y cohesión social. Estos municipios, como se observa en el mapa, forman una línea que conecta los actuales estados de Puebla, Morelos y Guerrero: Tetela del Volcán, Zacualpan de Amilpas, Temoac,1 Jantetelco, Jonacatepec y Axochiapan. Los elementos culturales no sólo corresponden a lo que aportan, como consumo, provienen de valores que dan sentido y expresión a formas históricas: 

El significado original de la cultura, oculto ya hoy bajo una capa de emanaciones y sedimentos, consiste en que no es uno de los múltiples ámbitos de la actividad humana sino su verdadera esencia: el hombre da prueba de su humanidad –dice Karel Kosik—sólo en la cultura y con la cultura, es decir, perfeccionando la naturaleza y roturando la tierra, habitando el paisaje y fundando ciudades junto con otros, manifestando respeto por lo digno y honrándolo (…).

(K. Kosik, 2012: 141)

1 Temoac, Huazulco, Amilcing o Popotlán, en la parte media de la cuenca, se separaron del municipio de Zacualpan de Amilpas y formaron en 1977 el municipio de Temoac, con la característica de conservar el anhelo de independencia; los cuatro pueblos se rotan el control del ayuntamiento, aunque Temoac es el asiento de la cabecera municipal (Conagua, 2009: 6).

En Tetela del Volcán se encuentra Hueyapan, localidad que originalmente fue fundada por los Xochimilcas, con presencia de Olmecas, Toltecas y Tlahuicas: se considera uno de los pueblos nahuas más importantes de esta entidad con tradiciones, costumbres y saberes locales: las tejedoras, las actividades del hilado y tejido de gabanes, por la importancia que en una época tuvo el cultivo del algodón y la producción de textiles. Enlazo este punto con uno de los temas del título de esta ponencia: la comunidad.

No se trata de romantizar la comunidad como una entidad inamovible. La comunidad como un conjunto cerrado que decide sin resquicios de manera unitaria, ha sufrido muchas transformaciones. La comunidad alude a una forma específica de organización, modos de convivencia, “…compromiso con el otro y con la comunidad; así que su poder hacer siempre tiene relación con el bien común (…) el bienestar colectivo está por encima del bienestar individual…” (A. Casasola, en A. Goutman, 2013; 83)

El concepto de ciudadanía atraviesa la idea de vivir en una comunidad y se disocia en los procesos políticos- sociales. La conciencia de ser ciudadano con derechos pero también un elemento constitutivo de un conjunto marca pautas de resistencia, organización y solución frente a situaciones de emergencia, crisis políticas, conflictos por los recursos. Las respuestas, naturalmente, no siempre apuntan hacia los procesos de modernización que la sociedad capitalista espera, pueden ir estrictamente en sentido contrario: volviendo hacia el pasado, resignificándose, reconstruyendo el universo simbólico y conceptual que tal vez nos muestre al resto de la sociedad otras formas de transitar hacia nuevas dimensiones de lo social. Manteniendo los elementos que nos mantienen cohesionados que nos den sentido de solidaridad como parte de un todo en la naturaleza.

2. Coordenadas espacio/tiempo y la disputa por el agua De los Municipios enumerados anteriormente: Tetela del Volcán, Zacualpan de Amilpas, Temoac, Jantetelco, Jonacatepec y Axochiapan es preciso señalar que estos cuatro últimos municipios manifiestan problemas serios por escasez de agua. Este es un tema crítico, acaso el primero de una lista que implica fricciones y que descompone las relaciones entre comunidades. Esto tiene implicaciones más profundas que la afectación a las ceremonias rituales de petición de agua y agradecimiento a la buena cosecha, rituales y ofrendas en manantiales, la organización para festividades, los bailes como el de los tecuanes, la danza de los moros o las ceremonias rituales en días de muertos, con su diversidad de significados (un arco de flores a la entrada de casa, si el fallecimiento ocurrió durante el año; un altar de siete niveles para los demás familiares muertos, por ejemplo)

Tetela del Volcán y Zacualpan de Amilpas, son los municipios con mejor posición económica. La distribución de los recursos es desigual y eso puede observarse en las condiciones de las localidades, en comparación con estas, que son cabecera municipal. De la misma forma, su intervención en la distribución del agua entre las comunidades no siempre fue favorable e incluso llegaron a dificultar la cooperación entre los pueblos, como solía ser la práctica tradicional.

La disputa histórica por el agua se ha agudizado y motivado serios problemas entre la cabecera municipal de Tetela del Volcán con los habitantes de Hueyapan. Estas confrontaciones se han vuelto constantes en los últimos cinco años. Al final, la propuesta para solucionar estas desigualdades se orientó hacia la separación territorial entre estas poblaciones. Hueyapan, al igual que otros poblados de la entidad morelense, reclamaron su derecho al reconocimiento como Municipios y, además, Municipios Autónomos. A las confrontaciones profundizadas por la disputa de dos manantiales, se sumó la del carácter autónomo. La separación oficial, con ceremonia y fiesta, se efectuó en noviembre de 2017. Pero en los hechos, hasta el día de ayer no se había concretado por no llegar a acuerdos en relación con el manejo y distribución del agua: los dos manantiales se encuentran en Hueyapan, no en Tetela del Volcán. El siguiente punto emergente, fue el de la necesidad de tener guardias comunitarios para evitar abigeos, robos y actos de violencia. El grupo de vigilancia comunitaria se denominan Los Tigres. Poco a poco, se fue conformando el grupo que impulsó la denominación y reconocimiento de Municipio Autónomo. Así, mediante la conformación del Consejo Municipal, con un principio de funcionamiento horizontal, la lucha por tener mejores condiciones económicas en relación con los recursos distribuidos y asignados por las autoridades de Tetela del Volcán, podrían cambiar.

Este tema de la autonomía tiene que contarse considerando una historia regional y temporal más amplia.

En el caso particular de Hueyapan que está formado por cinco barrios, la propuesta de separar su territorio del municipio al que formalmente pertenece desde 1937, Tetela del Volcán, refleja la inconformidad ante la ausencia de reciprocidad –por decirlo de manera más suave–, en la designación de Presidente Municipal, por lo general originario de Tetela del Volcán, excluyendo a los de Hueyapan. Esto refiere directamente al manejo discrecional de los recursos, no sólo económicos, sino naturales. Este es uno de loa aspectos que motivó a Hueyapan para participar en diferentes procesos y ser reconocido como Municipio Autónomo2 y fue respuesta concreta, puesta en la mesa de discusión como solución política para dirimir estos conflictos. Este proceso inició con el año, en 2013; avanzó en 2014, “cuando el gobierno estatal lanzó un decreto que permitiría a las comunidades indígenas formar gobiernos que se conduzcan de acuerdo con sus usos y costumbres, sin confrontarse con el marco legal existente”3. Se estancaron las negociaciones mientras en la entidad vecina de Guerrero los movimientos de la policía comunitaria, las casas de justicia. También las movilizaciones en Cherán, en el estado de Michoacán y los municipios autónomos eran noticias frecuentes. El entonces gobernador morelense, Graco Ramírez Garrido adelantó posiciones y se aprobó en la legislatura la creación de los municipios autónomos indígenas, en noviembre de 2017. Pero, como se puede suponer, eso no ha llegado a concretarse: el conflicto por la delimitación de los recursos territoriales y de los manantiales  no ha terminado:

Hace 9 (en 2008) años la gente de la comunidad se organizó y por primera vez pusimos a un presidente de Hueyapan, ahí en el Ayuntamiento Municipal. Desde ahí nos dimos cuenta que hay mucho dinero que nunca llega a comunidades, todo el asunto de la infraestructura y de los impuestos federales no nos llegaban, se quedaban en el municipio de Tetela, no llegaba ningún apoyo para calles, banquetas, agua potable. De hecho, nosotros tenemos agua potable porque la gente se organizó y de forma autogestiva la comenzó a almacenar.4

2 Hueyapan, cabecera barrio de san Andrés. Se integrará con cinco barrios y ocho rancherías.

3 En este mismo artículo  se especifica la vía seguida por el gobierno del estado de Morelos, entonces gobernado por Graco Ramírez. Los antecedentes de separación en Municipios se registran hacia el año de 1977, con el Municipio de Temoac. Posterior al alzamiento zapatista de 1994, de Tetelcingo provino una propuesta de municipio autónomo; en 1998,  de manera conjunta cinco pueblos presentaron Iniciativa de ley sobre derechos y cultura indígena, sin que prosperara su esfuerzo pero sin que ello mermara sus intenciones: algunos de estos pueblos formaron parte de aquellos que interpusieron controversia contra la reforma indígena que excluyó los Acuerdos de San Andrés.. En este mismo artículo se indica que finalmente se aprobó una Ley Indígena, en enero de 2012. Al año siguiente, “la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos, a través de Juliana G. Quintanilla y José Martínez Cruz, señalaron: Los derechos de los pueblos indígenas a la autonomía y libre determinación están especificados en la Constitución, en la Declaración de la ONU sobre pueblos indígenas y en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. Todos ellos, instrumentos legales vigentes en México, donde la Constitución en su artículo 2 de nuestro ordenamiento supremo así como el artículo 2 bis, de nuestra Constitución Local que dispone: ‘El Estado reconoce y garantiza el derecho a la libre determinación de sus pueblos y comunidades indígenas’.” Desinformémonos, “Revitalizar el náhuatl, parte de la construcción de municipios indígenas autónomos en Morelos” México, 21 de febrero de 2017,  https://desinformemonos.org/category/internacional/ (Consultado el 18 de septiembre, 2020).

4 “Tenemos un sueño, que Hueyapan se convierta en Municipio Autónomo”, Entrevista con el Consejo Comunitario de Hueyapan, en Ruptura Colectiva, publicado el enero 26 de 2017. https://kaosenlared.net/mexico-tenemos-un-sueño ; consultado el 18 de septiembre de 2020. 

Ser Municipio Autónomo implica que se respeten sus propias formas de gobierno: los Consejos conforman la máxima autoridad, electas a mano alzada,  responsables de la recaudación de impuestos y pago de deudas; se rigen por los principios de usos y costumbres y los electos cumplen un servicio a la comunidad. El conflicto por el agua continua porque no se trata solamente de  los acuerdos sobre el uso de los manantiales: involucra también el uso de agua para riego de los sembradíos, la distribución de agua mediante mangueras y tuberías, que no siempre están en buenas condiciones y presentan fugas o incluso, la gran cantidad de tomas clandestinas de agua que existen. El tema del agua implica una revisión detallada de  su uso, de la cultura del agua, del aprovechamiento  como líquido vital, para los habitantes de esas localidades. Depende también del cuidado  de los arroyos, lagunas y diversos espacios acuíferos, de las prácticas, la racionalidad en el uso, del respeto a los tandeos, de la procuración por mantener estos mantos acuíferos sin contaminación. Falta mucho, aún para resolver este tema del agua.

Las comunidades que colindan con el volcán Popocatépetl han desarrollado actividades de prevención y su vida cotidiana transcurre en ese espacio social complejo, de confrontación, disputa por los recursos y, recuperación de sentido de colectividad. Ante distintos escenarios de adversidad la cohesión social, solidaridad y la percepción del territorio conformado no sólo por lo espacial, el sentido de formar parte de la naturaleza, lo simbólico y lo temporal – cíclico. 

Pero, aquí vienen otros aspectos que me llevan a un planteamiento sobre  esta región como zona de riesgo, como un espacio social en permanente riesgo de ruptura de su tejido social y que, desde mi punto de vista, por la fuerza tradicional y de las costumbres, han conseguido mantener la estabilidad y los lazos que les unen, históricamente, como los poblados de la cuenca de Amatzinac.

El territorio y los accidentes geológicos– En septiembre de 2019, a 30 años del sismo de 1985, otro sismo sacudió a todas estas poblaciones. El epicentro se ubicó al sureste de Axochiapan, Morelos situada a 55 kilómetros de Tetela del Volcán. Desde el año 2000 el volcán  Popocatpetl manifestó su reactivación y los poblados circundantes han tenido que diseñar y ensayar distintas estrategias de emergencia para resguardarse o salir de la zona, en caso de erupción. Los temblores también habían sido frecuentes pero no devastadores. Este terremoto, de hace ya tres años, tuvo fuerte impacto entre la población de esta cuenca. En muchas localidades del estado de Morelos, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Ciudad de México y Estado de México hubo daños, en esta región los daños en casas, construidas de adobe, fueron severos. Una vez más, el apoyo no sólo local, sino de brigadas de jóvenes universitarios concurrieron para ofrecer y actuar, proporcionando apoyo. Primero con víveres, posteriormente con un conteo de los daños, ubicación de las casas dañadas y estudios de reconstrucción, parcial o total. La organización local era evidente pues, a pesar de las oleadas de apoyo sin coordinación ni conexiones, el trabajo de apoyo fluyó y tras meses de trabajo se avanzó en la reconstrucción o rehabilitación de muchas de las construcciones dañadas. Conocimos ahí a las organizaciones de mujeres artesanas y tejedoras de gabanes, tejedoras de telar en cintura, o telar de pedal, tejedoras de gabanes y mañanitas con lana teñida e hilada finamente, a mano, en colores grana cochinilla y añil. Ellas mismas procuraban los alimentos, café y pan para quienes estuvieran colaborando. A la salida de Hueyapan, por las noches, las filas eran lentas: las mujeres continuaban repartiendo atole para corresponder con la espontánea ayuda, aunque hubiera sido breve.

Las casas habitación dañadas eran casi el 90 por ciento del todas las construcciones; una porción de éstas estaba totalmente destruida. La torre de la iglesia se había derrumbado. Las calles ofrecían un escenario deprimente, con muros derrumbados, piedras a media calle, casas que quedaron al borde del barranco. 

De estas, un porcentaje consiguió apoyo y algunas familias recibieron sus casas construidas con material ecológico. Otras familias, sin embargo, continuaban todavía a fines del año pasado viviendo en condiciones muy precarias.

Quedan muchas dudas. Aquí sólo mencioné dos de los problemas que ponen al Consejo del Municipio Autónomo ante un panorama complejo, en tanto representantes. Pendientes hay muchos: qué ocurrirá con los terrenos cercanos, ocupados como lotes de depósito de automóviles robados? ¿Qué ocurrirá con el tránsito de esa carretera que va de Izúcar de Matamoros, cruza casi en forma paralela con la Cuenca del Amatzinac y desemboca en el estado de Guerrero, en Huitzuco de los Figueroa, Municipio que en 2014 registró más de 100 desaparecidos y varias fosas clandestinas? ¿Cómo pueden afrontar, como colectivo de Municipios, las condiciones de inseguridad coexistiendo con una vía de comunicación que tardó  más de nueve años en ser construida y que ahora se ha convertido en una posible ruta de trasiego, un territorio en disputo por los grupos criminales? Finalmente, se afronta la emergencia sanitaria, con cercos sanitarios y la precariedad de condiciones para la atención a la salud, en condiciones de economía local que depende de su comercio, de la producción agrícola que, dicho sea de paso, por el mismo conflicto de agua, ha registrado pérdidas en su producción de vegetales aunque mantuvo la comercialización de aguacate. 

Sólo la fuerza de las organizaciones, el sentido de solidaridad y la fuerza de sobreponer el interés colectivo al individual puede mantener a flote a comunidades como esta.

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